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«Más del 30% de los desplazados viven en extrema pobreza»

Publicado 14 Ene 2017
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Foto: Christian Visnes, director regional NRC. Foto de Luis Ángel – El Espectador

Nota de El Espectador – Christian Visnes, director regional del Consejo Noruego para Refugiados habló con El Espectador sobre la situación actual de desplazamiento en el territorio nacional.

La semana pasada el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Internacional (IDMC), apoyado por el Consejo Noruego para Refugiados (NRC) reveló en el ‘Informe global 2015: desplazados internos por conflicto y violencia’ que 38.000.000 de personas en el mundo tuvieron que desplazarse durante 2014.

Según el documento Irak, Sudán del Sur, Siria, la República Democrática del Congo (RDC) y Nigeria son los cinco países que representan el 60% de los nuevos desplazamientos en el mundo. Colombia aparece en el la lista como el primer país de América Latina con mayor número de desplazados interno y ocupa el segundo lugar en el mundo con 6.044.200.

Christian Visnes, director en Colombia del Consejo Noruego para Refugiados le explicó a El Espectador qué se debe hacer para combatir el flagelo del desplazamiento y reparar a las víctimas frente a un eventual proceso de paz.

¿Cómo fue el proceso de recolección de datos y cifras?
Estas cifras son consolidadas por el IDMC que las obtiene según las condiciones de cada país, en el caso de Colombia son oficiales. Acá durante muchos años se registraban las cifras de la sociedad civil, como las que recolectaba CODHES, Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, y eran mucho más altas. Pero la Unidad de Víctimas ha mejorado el sistema y por eso no hay necesidad de tener cifras alternativas, las oficiales son las más acertadas. Esto es un caso particular porque en otros países, como por ejemplo Siria, el gobierno no recopila la cantidad, a pesar de que tienen más de 7 millones de desplazados. En casos como esos se usan los datos de las las fuentes que están allá como ACNUR y la Cruz Roja y se contrastan.
Pero Colombia es de los pocos países en los que se le puede creer, ya hay un reconocimiento, y por eso no hay discusiones sobre cifras.

Esta es la primera vez en 10 años que se ve una cifra tan alta, 38 millones de personas ¿por qué?
El aumento se da por Siria e Irak. Irak fue el que más desplazados internos tuvo, al menos 2,2 millones de personas huyeron. Y la otra situación complicada está en África central donde hay múltiples conflictos.

¿Cuáles son las causas del desplazamiento?
Nuestro informe registra desplazamiento por causas del conflicto armado. Pero también hay más causas que no están registradas acá. Por ejemplo, los desastres naturales. Las personas se protegen contra los riesgos que pueden tener por el cambio climático, huracanes, ciclones o sequias, por ejemplo en la Guajira.

¿Por qué Colombia ocupa el segundo lugar?
Es una situación de enorme magnitud, es un conflicto prolongado que ha afectado a todo el país.

¿Esa situación podría llevar al país a ocupar el primer puesto?
No. Colombia reconoce que es un problema histórico, es un caso particular de diagnóstico y registro que se ha realizado durante tanto tiempo. Sí otros países lo hicieran es posible que hasta Colombia pudiera bajar del segundo lugar.
Además, lo que estamos viendo es que con el proceso de paz ha disminuido el número de nuevos desplazados.

¿Cómo se ve afectado el país por el tráfico de drogas?
Eso está inmerso en el conflicto. Pero uno de los lugares que más registra desplazados es el puerto de Buenaventura, hay muy poca presencia de las guerrillas, pero están los nuevos grupos y se piensa que mucho de lo que pasa allá son problemas territoriales para controlar la comercialización de la droga.

¿Y en qué porcentaje las guerrillas han aportado a ese desplazamiento durante 2014?
Cada víctima da información en su declaración sobre quién los desplazó. Pero no es fácil identificar un actor. Puede ser un combate, entonces no se sabe bien cuál fue el actor que causó el desplazamiento.
Por ahora, hay una ola de amenazas que se convierten en asesinatos reales a los líderes comunitarios, de restitución de tierras, de derechos humanos. Naciones Unidas ya habla de al menos 30 asesinatos en este año. Y a veces, aunque no se identifica al victimario, sí está generando desplazamiento.

¿Qué tanto están aportando para el desplazamiento las empresas extractoras de recursos naturales?
Eso se llama desplazamiento por desarrollo. En muchas zonas de Colombia donde no hay una fuerte presencia del Estado operan empresas extractoras, por ejemplo mineras, y allá se reciben amenazas. Pero es difícil saber quién cometió el delito, lo que se ve es que por el control de la zona aumenta el desplazamiento.
En la costa pacífica hay un drama muy grande. Por ejemplo en el Río Atrato en el Chocó, o en todos los ríos del Cauca, hay empresas legales pero que operan en un contexto de informalidad y hay grupos armados al margen de la ley y las personas reciben amenazas y se van.

¿Quiénes están siendo las principales víctimas?
Son personas que viven en situaciones de pobreza, al desplazarse se profundiza y quedan en extrema pobreza. Más del 30% de los desplazados viven en extrema pobreza. También en las comunidades indígenas y afros hay mayor vulnerabilidad.

¿Quiénes los están desplazando?
Nosotros no estamos señalando quién es el victimario, nos importa la víctima. Eso depende del contexto de la seguridad. A las situaciones en las que los hijos por ejemplo son reclutados, o a zonas minadas, o en las que hay posibilidad de caer en combates, o lugares donde hay controles de los productos que entran y salen.

¿Hacia qué regiones se están desplazando?
Las grandes ciudades son las que han tenido el mayor número de desplazados. Pero lo que hay son ciclos de desplazamiento, se van de la vereda al casco urbano, luego a una ciudad intermedia y luego a capitales y se quedan allá en situaciones de precariedad.
Por ejemplo, en Tumaco más de la mitad de la población son personas que viven en situación de desplazamiento. El problema de allá es mucho mayor que la crisis que se vive por ejemplo en Bogotá.

¿Y también hay desplazamiento urbano?
Sí, es intraurbano. Pueden existir en pequeñas urbes. En Medellín se ve este fenómeno. Por ejemplo, la Comuna 13 es un referente. Las personas tuvieron que desplazarse a otros barrios, buscando un anonimato para estar tranquilos. La única opción es cambiarse dentro de la ciudad.

Uno de los temas importantes es la restitución de tierras, ¿está funcionando?
La vemos muy positiva. Es una expresión de la intención verdadera de romper estos ciclos y generar una posibilidad de retorno y vida digna en las zonas rurales. Pero debe lograrse, tiene que ser efectiva. Los líderes están recibiendo amenazas y eso pone en riesgo el proceso.

Entonces, ¿qué falta?
Los mandatarios locales se deben apersonar del tema y defender a la ciudadanía. El Presidente lo está haciendo, pero los gobernadores y alcaldes no. Los sectores económicos deben comprometerse, ese es uno de los grandes retos para que funcione. Todavía no es un proceso efectivo, pero es una buena intención que apoyamos.

¿Cómo se puede combatir el desplazamiento?
Depende de cada país, es triste decirlo pero acá en Colombia existe desde hace muchos años. Desde la época de la violencia. Era parte de hacer política: la política mediante la violencia, la pobreza rural contra la concentración de riqueza en algunas ciudades.
Hay que cambiar la forma en que Colombia soluciona sus problemas. La negociación de paz es el primer paso que debe darse para que el desplazamiento deje de existir.

¿Y se va a lograr?
A nosotros nos preocupa lo que va a pasar después de una firma de paz. El proceso de entrega y desmovilización porque la violencia aún existe y hay grupos que no están participando en la negociación y se pueden apropiar de eso. Por eso no puede haber impunidad. Es necesario un Estado Social de Derecho que otorgue desarrollo en las zonas rurales, para romper las brechas que hay con las zonas urbanas.

De cara al posconflicto, ¿cómo se debe tratar el desplazamiento?
En este proceso de paz hay una gran oportunidad de lograr la firma, hay una oportunidad de poner fin a una situación prolongada de desplazamiento y es una situación que no se ve en otro lugar del mundo. Son 6 millones de personas que están esperando algo de su gobierno para dejar de ser víctimas y volver a ser un ciudadano. Eso necesita un esfuerzo muy grande en las zonas donde el conflicto ha hecho presencia. Hay que hacer un esfuerzo de inversión, de procesos de reconciliación, de darle vida digna a las personas y si esto llegara se podría empezar a pensar que se puede dar fin a esta situación tan prolongada.
Es un gran reto, se debe invertir en: carreteras, escuelas, desarrollo real, lucha contra la pobreza, presencia real del Estado y poner fin a la impunidad.

Autora: Catalina González Navarro

Ver nota original en: www.elespectador.com

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