Comunicado NRC – Día Internacional de los Refugiados
Las estadísticas siguen siendo incapaces de enseñar el dolor de quienes se ven forzados a abandonar sus hogares y no hay acción que ponga fin al sufrimiento de millones de refugiados. El número de personas obligadas a desplazarse por los conflictos armados y la violencia generalizada continúa incrementándose. La imagen de niños y niñas no acompañadas provenientes de Honduras, El Salvador o Guatemala, las expresiones de los jóvenes afrocolombianos e indígenas desplazados en Colombia o la desolación de las madres en México; son el rostro humano de la violencia en América Latina.
“Nunca habíamos sido testigos de un número de desplazados más desalentador”, dijo Jan Egeland, Secretario General del Consejo Noruego para Refugiados, al referirse a las cifras de refugiados y desplazados a nivel global. En el mundo hay al menos 59.5 millones de refugiados y desplazados que han huido de sus hogares y las violaciones de los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario continúan ascendiendo.
La violencia generalizada y el conflicto armado en América Latina dejó cerca de 500 mil nuevos desplazados en el 2014 y sus graves consecuencias humanitarias siguen sin ser atendidas o reconocidas. “Me estaban esperando afuera de la escuela. Era un viernes antes de Semana Santa y yo iba para la casa. Los pandilleros me dijeron que si volvía a la escuela, no llegaría vivo mi casa”, cuenta Alfonso (17 años). Este joven proveniente de El Salvador, logró llegar a los Estados Unidos y su historia se ha vuelto demasiado común en varios países de América Latina: La pandilla MS- 18 controlaba su escuela, su barrio. Acusaban a Alfonso de ser miembro de su pandilla rival, la MS-13. “La pandilla había matado a dos niños con los que yo iba a la escuela y pensaba que yo sería el próximo. (…) si no hubiera tenido esos problemas, no habría venido acá”.
No muy lejos, en Sur América, las poblaciones siguen desplazándose en Colombia. Cerca de 200 mil personas en promedio se han desplazado anualmente en los últimos cuatro años. El reclutamiento forzado, los ataques armados, las amenazas de muerte, la persecución de actores armados y la violencia generalizada son las principales razones para abandonar sus hogares. “Duele cuando pienso en el loco armado que asesinó a mi amiga, sólo porque estábamos jugando en la calle por la noche”, dice María Nelly (13 años) cuando se refiere a las restricciones y el control estricto que imponen los actores armados no estatales en su barrio en Tumaco (suroccidente de Colombia).
Por seguridad o temor, muchos colombianos buscan protección internacional en Panamá, Venezuela o Ecuador. “A pesar de que ha sido difícil, cada noche podemos dormir en paz, sin miedo”, dice María (29 años) refugiada colombiana en Venezuela. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados estima que 357.900 colombianos continúan viviendo como refugiados o en una situación similar a la de los refugiados en los países vecinos, especialmente en Ecuador, Panamá y Venezuela. Ésta situación, parcialmente atendida, requiere respuestas contundentes. Es urgente tomar acciones que garanticen -sin dilaciones- el acceso a la documentación y el acceso a todos los derechos. En la medida en que el número total de personas que se desplazan o que buscan protección internacional en la región continúe incrementándose, los retos para responder a la situación también se incrementarán.
Cada persona que solicita refugio debe recordarles a las autoridades locales la existencia de un marco legal internacional y de unos principios rectores para la atención de la población que requiere de especial protección. Las personas en necesidad de protección internacional tienen el derecho de solicitar refugio y las autoridades nacionales del país que los recibe la responsabilidad primaria de proteger y asistir a los solicitantes de refugio.
“Nuevos retos exigen nuevas respuestas. Es fundamental que los países de la región actúen de forma conjunta y coherente ante éstos nuevos retos compartidos en el continente”. Dice Christian Visnes, director del Consejo Noruego para Refugiados en América Latina. Las acciones de los países en Norte América deberían sumarse y adherirse a la respuesta coordinada que han pactado más de 30 países de América Latina y el Caribe tras la firma del Plan de Acción de Brasil en Diciembre de 2014.
Es urgente que frente a la situación actual se incremente el liderazgo, la apertura y voluntad política de los gobiernos y de las instituciones locales que están recibiendo estos flujos de población desplazada, con el fin de lograr una atención humanitaria consistente con los principios humanitarios, no restrictiva, imparcial y sin discriminación. Si el número de desplazados y refugiados sigue incrementándose en la región será urgente que los estados regionales adopten o revisen sus normativas internas para que incorporen altos estándares de protección de derecho internacional de refugiados y derechos humanos, y que incluya disposiciones sobre necesidades específicas de protección en función de la edad, el género y la diversidad.
El Consejo Noruego para Refugiados – NRC, en sus oficinas de Colombia, Ecuador, Honduras, Panamá, Venezuela, responde a la situación actual de personas desplazadas y en necesidad de protección internacional brindando atención, orientación y asesoría a la población desplazada y a las instituciones locales para el fortalecimiento de sus capacidades y prácticas en el ejercicio de sus obligaciones. Así mismo, NRC promueve el acceso y la protección de los derechos básicos de la población tales como el derecho a la educación de los niños, niñas y jóvenes en necesidad de protección internacional, el derecho al trabajo o el derecho a una vivienda digna y fomenta la integración entre las comunidades locales y la población afectada por los conflictos o la violencia generalizada.
Contacto NRC Colombia
Christian Visnes
Director de País
Consejo Noruego para Refugiados
