“Cuando has perdido tu pierna, tu hogar, tu estabilidad y certeza, nada más importa. ¿Qué más tienes que perder?” Los refugiados en Líbano luchan para hacer frente a la crisis económica deteriorada, agravada por la pandemia. El Consejo Noruego de Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés) está ayudando a las personas más vulnerables en este momento desafiante.
Zayno, de 48 años, huyó a Líbano en 2013, junto con su familia, después de perder su hogar y su pierna izquierda en una explosión que golpeó su vecindario en Homs, Siria. Hoy en día, vive en un pequeño apartamento en el norte de Líbano junto a otros diez miembros de su familia.
“Perder mi pierna fue muy difícil, pero sabía que teníamos amenazas más grandes de las que preocuparnos a medida que la situación empeoraba en Siria. Tuve que huir para garantizar la seguridad de mi familia”, explica Zayno.
“En nuestra querida Siria, teníamos dos apartamentos, un coche y un pequeño jardín. La casa era nuestro hogar familiar. Había pertenecido anteriormente a mis padres y allí es donde yo nací y crecí. Imagina lo difícil que fue dejarlo todo atrás”, dice Zayno con una sonrisa de arrepentimiento en su rostro.
“Hoy solo nos quedan nuestros recuerdos felices . La vida era mucho más fácil antes de la guerra en Siria. Ahora, estamos tan ocupados tratando de ganarnos la vida que casi olvidamos esos momentos preciosos que una vez existieron”.
“En Líbano, recibí una prótesis para ayudarme con mis actividades diarias”, continúa. “Moverme o llevar compras no fue un gran desafío para mí al principio porque siempre usaba el transporte público. Sin embargo, como todo se vuelve más caro, me veo obligado a caminar, lo cual es muy difícil. He usado tanto mi pierna artificial que ha comenzado a desgastarse. A veces, cuando intento levantarme por la mañana, caigo. No puedo permitirme comprar uno nuevo debido a la crisis”.
“Ahora tenemos una cosa menos de qué preocuparnos”
Al igual que miles de personas refugiadas de Siria en Líbano, Zayno no pudo registrar el nacimiento de su hija y nieto. Las niñas y niños refugiados sirios que nacen en Líbano y no tienen certificados de nacimiento completos, pueden enfrentar desafíos para acceder a servicios básicos como la educación y la atención médica.
“No pudimos registrar su nacimiento porque al principio no sabíamos cómo hacerlo, y luego resultó ser demasiado caro. Esto nos causó mucho estrés y vivimos con incertidumbre constante”, explica Zayno.
El equipo legal de NRC ayudó a Zayno a obtener certificados de nacimiento para su hija más joven y su nieto, así como a registrar el matrimonio de su hija a través de fondos del Departamento de Asuntos Exteriores, Comunes y de Desarrollo del Reino Unido (FCDO por sus siglas en inglés).
“NRC nos ayudó de una manera que nadie había hecho antes, estoy muy agradecido por el apoyo que recibimos. Cuando obtuve los certificados de nacimiento, estaba muy feliz y me sentí aliviado. Nos ahorró tiempo, dinero y trabajo. Ahora tenemos una preocupación menos”, dice él.
Programa de información, orientación y asistencia legal (ICLA)
El programa ICLA de NRC proporciona información, orientación y asistencia legal gratuita para personas refugiadas en Líbano. Nos ocupamos principalmente de la documentación civil (registro de nacimiento, matrimonio, divorcio y defunción), la residencia legal, los derechos laborales y los derechos de vivienda, tierra y propiedad (HLP, por sus siglas en inglés).
NRC realiza actividades participativas en las comunidades con población refugiada, brinda sesiones de información sobre temas de protección legal y garantiza la identificación y derivación segura de las personas a proveedores de servicios.
Junto con abogados especializados, nuestros equipos organizan consultorios jurídicos enfocados en la prestación de asesoramiento jurídico personalizado. Para superar las limitaciones de movilidad, utilizamos consultorios jurídicos móviles para facilitar el acceso de las personas refugiadas a los servicios legales.
La asistencia jurídica y representación ante autoridades administrativas y tribunales se ofrece a las personas refugiadas vulnerables y casos complejos.
El programa ICLA también busca abordar los desafíos legales que enfrenta la población refugiada palestina en Líbano, mediante la prestación de servicios legales enfocados en la documentación civil y los derechos de vivienda y propiedad.
Durante el brote de Covid-19 en Líbano, nuestros servicios ICLA se han implementado de forma remota siempre que sea posible. La información y orientación proporcionadas por nuestro personal y abogados por teléfono ha permitido a NRC mantener la entrega de servicios legales en respuesta a las necesidades legales de los refugiados durante estos tiempos desafiantes.
Zayno conoció por primera vez a NRC hace tres años, cuando recibió apoyo bajo el programa “ocupación gratuita”, que proporciona viviendas seguras y sin alquiler para personas refugiadas vulnerables, mediante la renovación de propiedades pertenecientes a propietarios libaneses. Luego se enteró de que NRC también podía ayudarlo con servicios legales.
La crisis económica
Líbano actualmente se enfrenta a su peor crisis socioeconómica en décadas. La pandemia de Covid-19 ha agravado la extrema situación de vida de las comunidades vulnerables sirias y libanesas en todo el país. La lira libanesa (LPB por sus siglas en inglés) se ha devaluado bruscamente en los últimos meses y los precios elevados de los bienes básicos han hecho que sea muy desafiante para muchas familias cubrir sus necesidades básicas.
“Justo cuando pensábamos que todo iba bien, la situación en Líbano empeoró. El apoyo financiero que recibimos apenas cubre el alquiler y las facturas de electricidad. Es aún más difícil comprar productos básicos como el arroz y el aceite”, explica Zayno. “Si no fuera por la ayuda en efectivo que recibimos, apenas podríamos cubrir nuestras necesidades.”
“Mis hijos no han comido carne ni fruta en meses. Como padre, me duele el corazón saber que no puedo mejorar sus condiciones de vida ni cubrir sus necesidades. Me sacrificaría por ellos, pero no puedo darles lo suficiente”, agrega.
Impacto de Covid-19 en empleos y educación
“Nunca esperamos que las cosas se pusieran así de mal. La crisis económica, junto al brote de coronavirus, nos ha dejado sin empleo. Mi hijo de 19 años solía trabajar haciendo acabados de concreto en construcciones de 10 a 12 horas al día, pero ahora no trabaja y ya no puede proveer para su esposa y su bebé”, explica Zayno.
Los tres hijos más jóvenes de Zayno (de 7, 12 y 16 años) no han ido a la escuela desde que comenzó la pandemia.
“La educación de mis hijos era lo único positivo que nos daba un propósito en la vida”, dice Zayno. “Me daba esperanza por su futuro”.
Sus dos hijos mayores, Hamza y Dima, no continuaron sus estudios después de huir a Líbano. “Tenía grandes esperanzas para ellos cuando estábamos en Siria, e incluso tenían tutores privados. Desafortunadamente, sus sueños se desvanecieron debido a la guerra y ambos tuvieron que casarse a una edad temprana”.
Zayno teme que sus otras hijas terminen en una situación similar como consecuencia de la pandemia: “Mis hijas están perdiendo su infancia, no disfrutan como deberían. Antes de Covid-19, solían jugar afuera todo el tiempo, ahora están atrapadas dentro de la casa y se aburren”, dice.
Condiciones de vivienda desafiantes
A pesar de que la provisión de documentación civil dio a Zayno cierta tranquilidad, todavía tiene muchas otras preocupaciones mientras los costos de vida continúan aumentando. “Vivimos en un pequeño apartamento de dos habitaciones en Akkar. Nuestras condiciones actuales de vivienda no son buenas, especialmente durante el invierno cuando se filtra el agua por el techo y nuestra casa”, explica.
“El alquiler aumenta de vez en cuando debido a la situación financiera y la mayoría de las veces tengo que pedir prestado dinero porque no puedo pagarlo”, dice. “¿Qué pasará si ya no puedo pagar el alquiler?”
Cómo NRC apoya a las familias en riesgo de desalojo
Resolución colaborativa de disputas (CDR, por sus siglas en inglés)
NRC interviene con actividades CDR en casos de disputas de vivienda entre personas refugiadas que son inquilinas y con propietarios para mitigar las amenazas de desalojo y fortalecer la seguridad de la tenencia de los hogares de familias refugiadas. La intervención CDR es a menudo la primera línea de respuesta ante una amenaza de desalojo y tiene como objetivo evaluar el caso de desalojo e informar a las partes involucradas sobre sus derechos y responsabilidades, incluida la necesidad de seguir el debido proceso legal para un desalojo. El CDR también ofrece una negociación facilitada para posponer las fechas límite de desalojo, reprogramar el pago de las deudas y redactar nuevos acuerdos de alquiler.
Las intervenciones CDR han demostrado ser efectivas para reducir los riesgos de desalojo a corto plazo. Sin embargo, debido a las causas raíces de la amenaza de desalojo (falta de empleo y consiguiente incapacidad para pagar el alquiler), esta aproximación por sí sola no puede reemplazar una solución final a largo plazo. Por lo tanto, el CDR debe combinarse con asistencia complementaria (asistencia en efectivo, por ejemplo) para aumentar la capacidad de las personas arrendadoras y los propietarios para lidiar con la situación conforme evoluciona y mejorar la seguridad de la tenencia.
Dinero en efectivo para renta (CfR por sus siglas en inglés)
CfR tiene como objetivo apoyar los medios financieros de los hogares para asegurar el alquiler y evitar los desalojos. Proporcionamos asistencia en efectivo directa a los hogares o propietarios en forma de pagos mensuales durante al menos tres meses consecutivos. Aunque durante el brote de Covid-19, las vulnerabilidades relacionadas con la salud fueron cruciales en la selección de hogares, CfR también está diseñado para apoyar a aquellos que enfrentan riesgos individuales de protección, incluyendo violencia basada en género y trabajo infantil.
“Incluso si nos desalojaran de este lugar, nos hemos mudado tantas veces y perdimos nuestra casa en Siria, así que estamos acostumbrados a ello. Es nuestra realidad. Evito construir una conexión con cualquier lugar o personas para no lastimarme más tarde”, dice Zayno. “Todo lo que espero ahora es que mis hijos puedan educarse y que su futuro sea mejor”, concluye.