En promedio, cada tres días las organizaciones humanitarias reportaron un evento que limitó su acceso o entrega de asistencia humanitaria en el 2022.
La situación en el 2023 no es mejor.
Esto es lo que debes saber sobre el confinamiento en el contexto del conflicto armado en Colombia:
El confinamiento es una estrategia utilizada por actores armados no estatales para ejercer control. Quien controla la población, controla el territorio y las economías ilícitas. Las amenazas, la utilización de minas antipersonal, los homicidios, la violencia sexual, la violencia armada y la imposición de horarios para que la población se quede en sus hogares tienen como finalidad restringir la movilidad de las poblaciones.
Una comunidad confinada es una comunidad atrapada que es obligada a permanecer en su casa o territorio.
“Los grupos armados imponen reglas como: no se puede salir, no se puede usar ese camino, por aquí no se permite el paso de nadie. Estamos atrapados”, dice Cecil, un maestro indígena en la región del Pacífico de Colombia. Foto: Laboratorio Elegante/NRC
Hoy, hay cerca de 20.000 personas que permanecen confinadas.
Durante 2022, el confinamiento superó las cifras históricas de víctimas de los últimos 10 años debido a las disputas entre actores armados por el mayor control sobre territorios de acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Después de la firma del acuerdo de paz, los eventos de confinamiento se incrementaron, el año 2022 fue el peor de todos; cerca de 110.000 personas fueron obligadas a confinarse. Este aumento se explica porque los actores armados siguen luchando por el control de territorios.
Desde 2017, hasta diciembre de 2022, OCHA ha reportado cerca de 200 eventos de confinamiento.
Cuando las comunidades son confinadas sólo pueden sobrevivir con lo que tienen en sus hogares. Los pocos alimentos se agotan rápido.
Mujeres, hombres y niños son obligados a permanecer indefinidamente en sus viviendas sin posibilidades de prepararse para la emergencia. Las comunidades no pueden realizar las actividades necesarias para su subsistencia, como pescar, cazar, cultivar, ni dedicarse a actividades económicas como la minería o la extracción de madera.
Los niños, niñas y adolescentes son afectados porque se les impide acceder a clases presenciales, lo que dificulta sus procesos de aprendizaje. Para la Agencia de la ONU para los Refugiados, la amenaza a la seguridad alimentaria por el bloqueo de alimentos y provisiones a los poblados y la restricción de acceso a los campos de cultivo y centros de acopio significa la imposición de condiciones de exterminio a una población.
Los eventos de confinamiento se pueden producir de manera silenciosa. Muchas comunidades no hablan de lo que les sucede por temor —como consecuencia de las amenazas—. Además de las limitaciones a la movilidad, se restringen los recursos para satisfacer las necesidades básicas de los civiles.
En ocasiones las comunidades solo tienen dos opciones, callar o sufrir las consecuencias de las amenazas de los actores armados.
Los confinamientos se concentran desproporcionalmente y siguen en aumento en los departamentos de Chocó, Valle del Cauca y Nariño, donde habitan principalmente poblaciones indígenas y comunidades afrocolombianas.
El departamento del Chocó concentra más de la mitad de los eventos por confinamiento en todo el país. En este departamento se han registrado 107 eventos entre enero de 2017 y diciembre de 2022 (OCHA).
En este departamento se han registrado 107 eventos entre enero de 2017 y diciembre de 2022 (OCHA). En ese mismo periodo, el 68% de los eventos reportados afectaron a una comunidad étnica. 144.000 indígenas y 64.838 afrocolombianos se vieron obligados a permanecer en sus lugares de vivienda por la presión de los grupos armados.
Los municipios más afectados en el país fueron Alto Baudó y Bojayá en Chocó y Buenaventura, en Valle del Cauca.
El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés) hace un llamado al gobierno colombiano y a los grupos armados para que acuerden el fin de la práctica de los actores no estatales de confinar a comunidades enteras en sus hogares o territorios, restringiendo su acceso a la atención médica, educación y limitando su capacidad para vivir. encontrar trabajo.
Hechos y datos: