Desde agosto del 2021 se registró un desplazamiento masivo de al menos 1.156 personas hacia el casco urbano de Magüí Payán desde las veredas El Chocho, El Diviso, Cualala, La Unión, El Playón y Esteros (Alto y Bajo) pertenecientes principalmente al Consejo Comunitario Manos Amigas del Patía Grande, como consecuencia de enfrentamientos entre grupos armados no estatales.
El desplazamiento generó distintos riesgos no solo por el mal estado de las vías y la alta exposición de las comunidades al cruzar zonas de conflicto durante un recorrido fluvial de más de 6 horas para llegar a Magüí Payán, sino también, riesgos por la limitación para acceder a los derechos básicos como alimentación, vivienda, salud, protección y educación.
La falta de acceso de las comunidades a sus cultivos hizo que los medios de vida se vean afectados, ya que sus principales fuentes de ingresos son la agricultura y la minería artesanal, a través de la producción y comercialización de plátano, yuca y arroz. También se evidenció un acceso limitado a los servicios de salud dado que el hospital no tiene la capacidad para atender y cubrir las necesidades de las personas desplazadas. Sin embargo, la mayor problemática se encontró en el agua debido a que las fuentes principales de abastecimiento son el agua lluvia y el agua del río, la cual recolectan de manera directa para su consumo sin ningún tipo de tratamiento.
Las comunidades de las seis veredas desplazadas sufrieron condiciones de hacinamiento y no contaron con elementos de hábitat suficientes que les permitiera sobrellevar la situación de manera digna, algunas personas tuvieron que dormir en el piso, por lo que se requirió la entrega de colchonetas, toldillos, sábanas o almohadas para promover espacios más dignos a las familias en los albergues.
“Buscamos aliviar las necesidades de las comunidades, dejando capacidades instaladas para sobrellevar los efectos que ha generado el desplazamiento. Hemos identificado problemas de inseguridad alimentaria, mala calidad en el consumo del agua y hacinamiento” Indica Angie Carvajal, profesional Seguridad Alimentaria y Nutricional del consorcio MIRE.
El Consorcio MIRE brindó respuesta humanitaria inmediata en los diferentes sectores. Desde el sector de Agua, Saneamiento e Higiene, se entregaron 85 kits de higiene familiar, 250 kits de agua, un tanque de 120 litros de agua, un tambor de hipoclorito de calcio al 70 %, como insumo para la operación para el acueducto comunitario y un punto de residuos sólidos, realizó actividades de rehabilitaciones sencillas de suministros de agua y sistemas básicos de saneamiento, así como promoción de buenas prácticas de higiene en las comunidades, atendiendo a 1.269 personas.
También se entregaron 350 kits de ocupación del tiempo libre a niños, niñas, jóvenes y adolescentes acompañados de talleres de formación de educación en emergencias con docentes y agentes educativos comunitarios, quienes a su vez, participaron en espacios de sensibilización y construcción del plan educativo de respuesta en emergencias, logrando la atención a 390 personas.
Desde el sector de Protección, se realizó asistencia legal con prestación de apoyo directo a las autoridades, atendiendo a 175 personas. También, se entregaron 300 kits de dignidad a niñas y mujeres, con atención individual en casos de riesgo de Violencia Basada en Género (VBG) en el marco del conflicto, que incluyó evaluación de riesgo, asesorías jurídicas y apoyo psicosocial logrando la atención a 344 personas.
Así mismo, como respuesta integral en el sector Seguridad Alimentaria y Nutricional, se hizo la entrega de 170 paquetes alimentarios que beneficiaron a 372 personas. Finalmente desde el sector de salud, se realizaron 458 consultas en atención primaria, 208 consultas en salud mental, atendiendo a 502 personas y 21 mujeres con casos de Violencia Basada en Género. Durante este proceso se identificaron algunos casos de malaria y se realizó la articulación con la ESE para administrar los tratamientos indicados según la cepa encontrada.
“Le doy gracias al personal del MIRE por tener la oportunidad de llegar a esta zona tan apartada y donde se está viviendo el conflicto armado. Yo he sido una beneficiaria de los servicios de salud primaria y salud mental porque tengo el ánimo de seguir adelante a pesar de cualquier enfermedad, incluso la afectación psicológica generada por el conflicto o por nuestra trayectoria de vida. Ahora cuento con una terapia que pongo en práctica y debo agradecerles por eso, quisiéramos tenerlos acá para siempre” dice una de las personas beneficiarias de la atención del Consorcio.
¿Qué es el Consorcio MIRE?
El Consorcio MIRE (Mecanismo Intersectorial de Respuesta en Emergencias) busca dar respuesta humanitaria a la población afectada por el conflicto armado en situaciones que requieren atención urgente a necesidades primarias mediante acciones integrales e intersectoriales. Para ello, antes de cualquier atención, se genera una evaluación rápida de necesidades (ERN) sobre la población afectada.
Este consorcio está conformado por Acción contra el Hambre (ACH), Alianza por la Solidaridad – ActionAid (APS), Consejo Noruego para Refugiados (NRC), Médicos del Mundo Colombia (MdM) y ACAPS a través de la financiación de Unión Europea la Dirección General de Protección Civil Europea y Operaciones de Ayuda Humanitaria (ECHO).