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Sembrando paz y reconciliación con educación

Foto: Natalia Delgado / NRC
Más de 18.000 estudiantes accedieron a la educación en comunidades apartadas, un hito en la implementación del acuerdo de paz y un paso fundamental para ofrecer oportunidades a personas en proceso de reincorporación y a comunidades rurales en el país.
Comunicado de prensa
Publicado 23. May 2025

Bogotá D.C., 23 de mayo de 2025 – Por más de sesenta años, comunidades apartadas y rurales en Colombia han sufrido de manera desproporcional las graves consecuencias del prolongado conflicto armado interno, limitando el acceso al derecho a la educación de generaciones de niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos. En las zonas rurales, el analfabetismo se reporta en 11 de cada 100 personas mayores de 15 años. Esta cifra expone una evidente desigualdad con las áreas urbanas del país, donde solo 2 de cada 100 personas reporta no saber leer ni escribir en el mismo grupo de edad.

Sin embargo, esta situación está cambiando. El reconocimiento del rol fundamental de la educación rural, definido en el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera de 2016, le ha permitido al Estado colombiano y a la comunidad internacional financiar e implementar un proyecto educativo especial para poblaciones apartadas y rurales vulnerables, incluyendo víctimas de los conflictos armados, comunidades étnicas y personas en proceso de reincorporación. Hoy, decenas de miles de jóvenes y adultos en comunidades apartadas y rurales de 60 municipios en 15 departamentos, han logrado acceder a espacios gratuitos de aprendizaje.

Este proyecto, conocido en los territorios como Arando la Educación, financiado por la Real Embajada de Noruega en Colombia, el Ministerio de Educación Nacional, e implementado por el Consejo Noruego para Refugiados y FUCEPAZ, ha garantizado oportunidades a 18.000 estudiantes, de los cuales más de un tercio se ha graduado del bachillerato y 9 de cada 10 han permanecido durante su proceso educativo. La permanencia y continuidad de estudiantes en el proyecto significa que personas en proceso de reincorporación han decidido no retomar las armas y reafirmar su compromiso con la construcción de paz y que víctimas del conflicto -quienes comparten los mismos salones de clase con quienes están en proceso de reincorporación- acepten con hechos y trabajo conjunto que la reconciliación es posible.

“Antes me daba vergüenza cuando iba a firmar y no podía, pero ahora ya puedo firmar mi nombre”, dijo Celina, una mujer de 72 años que ingresó por primera vez a un aula de clase gracias a esta iniciativa.

Arando la Educación llegó a zonas comunitarias y rurales del país donde el Estado estaba ausente. Comunidades desatendidas durante décadas en los municipios de Mutatá en el departamento de Antioquia, Tallambí en Nariño o Purificación en Tolima, entre otras ahora reconocen la labor del Estado, incluyendo a la sociedad civil y el esfuerzo de la comunidad internacional.

El acceso a una educación de calidad para menores de edad en áreas apartadas del país también tiene retos. En zonas rurales, 4 de cada 10 niñas y niños no van a la escuela primaria o secundaria. Por esta razón, este proyecto también restauró escuelas que hace más de 15 años no brindaban servicios educativos como consecuencia de la violencia. Cientos de niñas y de niños, adultos y jóvenes pudieron retomar su educación gracias a este proyecto, incluso durante la pandemia.

El futuro de la Colombia rural y su estabilidad dependen en gran medida de un compromiso firme con la educación. Por esta razón, el Ministerio de Educación Nacional continuará liderando esta iniciativa, no solo para potenciar los logros de Arando la Educación, sino también para superar los retos de acceso, calidad y permanencia educativa que siguen evidenciándose en los territorios apartados y rurales, asegurando de igual forma que la implementación del Acuerdo de Paz siembre semillas de esperanza y sueños realizables a través de la educación en el país.

Notas para editores

  • El proyecto Arando la Educación fue acordado como una de las medidas de reincorporación temprana establecida en el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera logrado entre el Estado de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia– Ejército del Pueblo (FARC-EP) en noviembre de 2016.
  • El proyecto ha sido financiado por el Ministerio de Educación Nacional y la Real Embajada de Noruega en Colombia y ha sido implementado por la Fundación Colombiana de Excombatientes y Promotores de Paz (FUCEPAZ) y el Consejo Noruego para Refugiados (NRC).
  • De los 18.142 estudiantes, a la fecha se han graduado de bachilleres 6.147 estudiantes, de los cuales 1.292 son personas en proceso de reincorporación.
  • El 45% del total de los estudiantes pertenecen a comunidades étnicas.
  • El proyecto desarrollo una metodología institucional para áreas rurales adaptada al contexto.
  • En el marco del proyecto se apoyaron 207 iniciativas productivas para promover el acceso a medios de vida y la generación de ingresos.
  • De acuerdo con publicación reciente de la Pontificia Universidad Javeriana, en las zonas rurales, el analfabetismo se reporta en 11 de cada 100 personas mayores de 15 años, mientras que en las zonas urbanas áreas urbanas del país, solo 2 de cada 100 personas reporta no saber leer ni escribir en el mismo grupo de edad. En esta misma publicación se menciona que en zonas rurales, 4 de cada 10 niñas y niños no van a la escuela primaria o secundaria.

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