Luego de más de 5 años de la firma del acuerdo de paz, hoy se gradúa el grupo más numeroso de un proyecto educativo para la paz.
“Por generaciones, el país ha sufrido el conflicto y la violencia; hoy la educación rural nos enseña, una vez más, el camino hacia la reconciliación”, afirma Juan Gabriel Wells, director del Consejo Noruego para Refugiados.
475 excombatientes y personas que viven en los Antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación, en las Nuevas Áreas de Reincorporación y en zonas rurales aledañas, se graduarán como bachilleres en una ceremonia en Tumaco, Nariño, con el acompañamiento del Ministerio de Educación, la Alcaldía de Tumaco y la Embajada de Noruega. Durante este mes, se graduarán 1.380 bachilleres en diferentes partes del país, gracias al proyecto ‘Arando la Educación’ financiado por la Embajada Noruega en Colombia y el Ministerio de Educación Nacional (MEN), e implementado por el Consejo Noruego para Refugiados (NRC) y la Fundación Colombiana de Excombatientes y Promotores de Paz (FUCEPAZ).
“La paz es el camino, no debemos rendirnos y salir adelante”, dijo Yoli, una excombatiente que estudió hasta quinto de primaria y hoy se gradúa a sus 24 años como bachiller. Su sueño es mejorar el futuro del hijo que espera.
El actual Gobierno Nacional ha demostrado voluntad en el fortalecimiento del sector educativo rural. Casi 15.000 personas se han beneficiado con este proyecto durante los últimos cinco años. Sin embargo, otras personas excombatientes, jóvenes, adultas y menores de edad, que viven en comunidades rurales, necesitan que el nuevo Gobierno siga invirtiendo recursos significativos en su educación.
“Estamos convencidos de que la educación es una poderosa herramienta para construir paz y evitar que se repitan los ciclos de violencia en los territorios. Arando la Educación nos muestra el potencial transformador de los procesos educativos en la ruralidad del país, abriendo oportunidades a sus participantes para la construcción de nuevos proyectos de vida, fomentando la reconstrucción del tejido social y la reconciliación a nivel comunitario”, afirma John Petter Opdahl, Embajador de Noruega en Colombia.
Este proceso implica un cambio importante para Yoli y otros excombatientes. Saben lo que está en juego.El conflicto ha reforzado las desigualdades económicas y ha ampliado la brecha entre las zonas urbanas y rurales. La violencia ha afectado gravemente al acceso a una educación de calidad en el campo. El nuevo Gobierno tiene la oportunidad de continuar con este proyecto y destinar mayores recursos para fortalecer la educación rural de jóvenes adultos, de acuerdo con los compromisos del Punto 1 de los acuerdos de paz. Menores de edad deben seguirse incluyendo en las iniciativas de educación rural.
La implementación integral de los acuerdos de paz seguirá siendo la mejor manera de poner fin al conflicto violento y la educación es clave para cerrar las brechas de la desigualdad en Colombia.
“Las promesas firmadas en el acuerdo tendrán aún más significado cuando el país celebre más hitos para educación rural que sigan cambiando el rumbo del país”, afirmó Wells.