En 2015, cuando el Consejo Noruego para Refugiados – NRC empezó a desarrollar el censo de Niños, Niñas, Adolescentes y Jóvenes desescolarizados en el Municipio de Ocaña, Norte de Santander; la palabra discapacidad estaba presente en la mente de quienes realizaban los censos como algo ajeno al vocabulario y que construía imaginarios para niños “normales” pero de aspectos diferentes. La palabra y la realidad poco se encontraron cuando Silvia Juliana Galeano de escasos once años y quien con una sonrisa en los labios tímidamente atendió la puerta, transmitió a quienes la censaron que ella quería asistir a la escuela: “¡Yo quiero estudiar!”
“La Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (…) exigen que se reconozca a todos los niños y niñas, sin excepción, como miembros plenos de sus familias, comunidades y sociedades. Esto implica sustituir la noción tradicional de que se debe “rescatar” al niño, y sustituirla por la adopción de medidas para erradicar las barreras físicas, culturales, económicas, de actitud, de comunicación y de movilidad que impiden la realización de los derechos de la infancia. .” ( Unicef 2013)1
Para todo niño la escuela es un espacio de interacción, aprendizaje y encuentro que permite fortalecer los lazos sociales, intercambiar experiencias y desarrollar las capacidades físicas y mentales. Sin embargo, esto solo se logra al encontrarse en espacios que retan al individuo y que desde un principio le plantea metas y normas que le permiten alcanzarlas.
“Cuando las actitudes sociales que determinan la amistad, el compañerismo y las relaciones que, en general, mantienen niños y jóvenes en las aulas, se orientan a la imagen de las personas con discapacidad, se pueden apreciar adjetivos de inferioridad, debilidad, distancia o menor aceptación, que generan prejuicios, estereotipos o falsas concepciones, resultando en relaciones de menor interacción y calidad, no ajustadas a una verdadera relación afectiva, en valores de aceptación, de respeto y de solidaridad” (Luque- Rojas 2015)2
El censo para población desescolarizada identifica de forma práctica las necesidades de los NNAJ y sus familias con un enfoque de derechos, caracterizando el grado de escolaridad, la etnia, el sexo, la ubicación, el número de personas que conforman el núcleo familiar y el tipo de discapacidad; pero, aunque los encuestadores registran cabalmente la información, una parte del censo queda solo en sus ojos; los de Silvia Juliana solo brillan de alegría de pensar que por fin, gracias al haber atendido ese golpe en la puerta y poder contestar cada una de las preguntas junto a su abuela –quien ha sido su madre y padre al mismo tiempo– pronto cumplirá su sueño de poder estudiar. Es que para Silvia Juliana y para muchos niños y niñas con situación de discapacidad y que además se encuentran en espacios vulnerables o zonas de difícil acceso, la escuela es un sueño casi inalcanzable que les niega la inclusión, puesto que los espacios no se encuentran adecuados para atender las diferentes necesidades o no se cuenta con suficientes docentes capacitados para orientar a esta población.
“(…) Educar, es avanzar en unos valores sobre un contínuum en espiral, a través del cual se impregna la personalidad en todas sus facetas de desarrollo. Dado el carácter terminal de los valores, generadores de concepciones personales más significativas, más centrales en el sistema cognitivo y de mayor estabilidad, las actitudes suponen una tendencia o respuesta en una conducta compleja, por lo que se debe aceptar su importancia como elemento de intervención educativa (creencias, ideas, sentimientos y emociones), para conducirnos en comportamientos sociales adecuados y en consonancia con principios.” (Luque- Rojas 2015)3
Para la abuela de Silvia Juliana, la escuela era un espacio de riesgo; puesto que en estos espacios el bullying o matoneo afecta a niños normales, y de ser así, ¿qué puede esperar ella de la posibilidad de que su nieta asista a un aula donde no reconocerán en la niña su situación?, o el hecho de ser diagnosticada con un Glaucoma que afectó la retina y con un posible Síndrome de Chargue (Síndrome que normalmente genera sordoceguera). Aunque la limitación de la Silvia es evidente, para ella la palabra “ciega” es solo un pretexto para sonreír.
En la JORNADA SOBRE MODALIDADES DE INCLUSIÓN ESCOLAR DE LOS ALUMNOS CON DISCAPACIDAD realizada en Barcelona (2014) denota que la inclusión escolar ha de facilitar la inclusión social donde vive el estudiante. Para un alumno con discapacidad es imprescindible que lo conozcan como una persona particular que se va haciendo mayor, que evoluciona, que tiene unos gustos y unos intereses determinados, unas limitaciones y unas capacidades.4
Estas dos mujeres aguerridas que han sabido sobrellevar las dificultades que la vida les impone, como el rompimiento del núcleo familiar de Silvia Juliana o el distanciamiento de los padres, empezaron a comprender que ese sueño era posible y que el NRC era un organismo capaz de sacar adelante ese sueño.
“Los primeros pasos hacia la inclusión se inician en casa durante los primeros años. Si los niños y niñas con discapacidad no reciben el amor, el estímulo sensorial, la atención sanitaria y la inclusión social a la que tienen derecho, pueden perderse hitos importantes en el desarrollo, lo que limitará injustamente sus posibilidades y tendrá importantes implicaciones económicas y sociales para ellos mismos, sus familias y las comunidades en las que viven.” ( Unicef 2013)5
Sin embargo, para la mayoría de los NNAJ con esta situación o similares, este sueño se ve truncado por barreras de acceso, como el hecho de que en todo el municipio solo se cuenta con dos educadores capacitados para atender a esta población y solo una institución educativa posee un aula especial para atender a más de veinte tipos de discapacidad (…).
“Es imposible enseñar y aprender en un ambiente desfavorable, si la relación humana no se desarrolla bajo ciertos parámetros de bienestar psicológicos, éticos y emocionales se puede hacer muy difícil e incluso imposible el proceso de enseñanza aprendizaje” (Onetto, 2003)6
La inclusión en el aula para esta población, al igual que para muchos de nuestros beneficiarios, requieren esfuerzos unificados por todo el equipo para facilitar el acceso al aula regular o a los modelos flexibles, como en el caso de Silvia Juliana, que por el hecho de no tener herramientas educativas incluyentes, como el bastón para invidentes o las cartillas para escribir Braille, estaban solo en su imaginación y por tanto limitaba la capacidad de interacción de la niña con su contexto, la libertad de caminar en un espacio fuera del hogar pero donde ella pudiera valerse por sus propios medios.
La Corte constitucional colombiana en su Sentencia T-139 del 2013 manifiesta que “Los niños y niñas con discapacidad son sujetos de especial protección constitucional, por el ciclo vital que afrontan y por la discriminación histórica a la que han sido sometidos debido a sus diferencias funcionales. Son titulares del derecho a la educación y el Estado tiene las mismas obligaciones concebidas frente a la educación para los niños que no presentan discapacidades. No obstante, esta equiparación no puede desconocer las diferencias de los estudiantes. El Estado tiene la obligación de velar por el levantamiento de los obstáculos que impiden el acceso a la educación de los niños y niñas con discapacidad a las aulas regulares y garantizar que haya plena disponibilidad de aulas especiales para quienes, excepcionalmente, puedan requerirlo.”7 Pero la realidad difiere en la medida que las poblaciones se encuentran mas alejadas y donde los recursos económicos se ven afectados por el conflicto armado y otras problemáticas sociales.
En la práctica, las instituciones no entregan la asistencia requerida de forma oportuna ni con las condiciones necesarias para solventar las necesidades de un grupo tan discriminado como son los NNAJ en situación de discapacidad; por tanto, el NRC a través del programa Escuela Busca al Niño y a la Niña – EBNN y la financiación de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo – NORAD, le ha brindado una luz de esperanza, no solo a Silvia Juliana, sino a más de 2000 NNAJ y sus familias en el Nororiente colombiano, que han encontrado una voz de apoyo y que les ha permitido regresar a las aulas, tratando de mejorar sus condiciones para poder enfrentar sus necesidades y las dificultades que la vida y el conflicto armado les ha generado. Para Silvia Juliana su mundo la ha llenado de retos, de valores y de sueños; pero ella, al igual que teje trenzas a sus amiguitas de barrio, que la ven como otra amiga y que por encima de la ausencia de una mirada llena de imágenes, encuentran unos dedos armoniosos que mientras las dejan bellas para el “reinado de estrellitas”, les brinda caricias sobre sus cabellos. El Programa de EBNN permitió que por primera vez, Silvia Juliana pudiera iniciar su escolarización y asistir con los elementos necesarios para su aprendizaje.
“Los niños y niñas con discapacidad no deben considerarse ni tratarse como simples beneficiarios de desembolsos caritativos. Tienen los mismos derechos que los demás niños; por ejemplo: a la vida; a las oportunidades que se derivan de una buena atención de la salud, una nutrición adecuada y una educación de calidad; a expresar sus puntos de vista; a participar en la toma de decisiones; y a gozar de la misma protección bajo la ley.” ( Unicef 2013)8
Es importante reconocer las necesidades de la población vulnerable, pero aún más, reconocerla como una población minoritaria que a veces no es visibilizada, que requieren atención especial y que sufre discriminación dentro de su entorno; es necesario comprender que esta población ha sido afectada por el conflicto armado, que el Estado no le ofrece las garantías necesarias para su crecimiento personal y que en algunos casos hasta sufren abandono por parte de los familiares.
Para el NRC es importante ayudar a estos NNAJ que requieren acompañamiento y mayor atención, así como ayudar en la generación de políticas de inclusión que permitan mejorar su calidad de vida. Aunque para muchos NNAJ la escuela es un espacio de aprendizaje, de encuentro con las matemáticas, las tildes, los mapas, los símbolos o las palabras en otros idiomas, para Silvia juliana la Escuela va mas allá, aunque ella no la vea de la misma manera, cada día podrá encontrarse con una Escuela de colores invisibles que algún día le permitirá como ella misma lo manifiesta “convertirse en toda una modelo y asistir en una bicicleta mágica a cualquier lugar del mundo”.
Autor: Paul Pinzón Hernández, Asistente Profesional Pedagógico NRC
Equipo Educación NRC en Nororiente:
Katherine Quintero, Tutora; Raquel Rangel, Asistente de Educación EBNN; Maicol Nieto, Oficial de Educación; Maritza Lucumi, Gerente de Educación Nororiente
Edición: Comunicaciones NRC
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1 UNICEF/ Estado Mundial De La Infancia 2013 – Niñas y Niños con Discapacidad/ Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)/ 2013 Recuperado el día 9 de Diciembre del 2015
2 Recuperado de LUQUE PARRA DIEGO JESUS Conocimiento de la discapacidad y relaciones sociales en el aula inclusiva. Sugerencias para la acción tutorial (PDF) el día 14 de Diciembre 2015 http://www.rieoei.org/deloslectores/3650Luque.pdf
3 LUQUE PARRA DIEGO JESUS /Conocimiento de la discapacidad y relaciones sociales en el aula inclusiva. Sugerencias para la acción tutorial / PDF/ Recuperado el día 14 de Diciembre 2015 http://www.rieoei.org/deloslectores/3650Luque.pdf
4 ASSOCIACIÓN CATALANA DE PROFESSIONALS DELS EQUIPS D’ASSESSORAMENT PSICOPEDAGÓGIC (ACPEAP)/ Jornada Sobre Modalidades De Inclusión Escolar De Los Alumnos Con Discapacidad/ Barcelona /2014 Recuperado el día 9 de Diciembre del 2015 de https://www.fcsd.org/fichero-5370_5370.pdf
5 UNICEF/ Estado Mundial De La Infancia 2013 – Niñas y Niños con Discapacidad/ Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)/ 2013 Recuperado el día 9 de Diciembre del 2015
6 PEÑAHERRERA LEÓN MÓNICA Y COBOS ALVARADO FABIÁN / La inclusión y la atención escolar a la diversidad estudiantil en centros educativos primarios: un programa de Investigación-acción / PDF/ Recuperado el día 14 de Diciembre 2015 http://www.rinace.net/rlei/numeros/vol5-num2/art6.pdf
7 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA / Sentencia T- 139 /2013 Recuperado el día 11 de Diciembre del 2015 de http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2013/t-139-13.htm
8 UNICEF/ Estado Mundial De La Infancia 2013 – Niñas y Niños con Discapacidad/ Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)/ 2013 Recuperado el día 9 de Diciembre del 2015