“Las familias en el norte de Centroamérica, forzadas a huir de sus hogares y cuyas vidas han sido afectadas por la violencia, han sido casi invisibles para gran parte de la comunidad internacional durante años. Los recortes de ayuda humanitaria están a punto de borrar por completo las historias de estas familias de la conciencia global. Tememos que, en el 2026, la situación de las personas con necesidades en Centroamérica empeore a medida que se profundiza el abandono por parte de los donantes internacionales”, afirmó Giorgio Lentini, director de país del NRC para el Norte de Centroamérica y México.
“Los recortes de financiamiento significan que muchas organizaciones humanitarias nacionales e internacionales se ven obligadas a reducir e incluso cerrar sus operaciones en la región, dejando grandes vacíos en los servicios. Esto, sin duda, hará que la población vulnerable se quede sin el apoyo que tan desesperadamente necesita”.
En 2025, los países de la región figuraron entre las respuestas humanitarias con el financiamiento más bajo a nivel global, siendo Honduras el país menos financiado del mundo, con un poco más del 10% de los fondos requeridos. Esto se suma a los niveles extremadamente bajos observados en 2023 y 2024, cuando Estados Unidos proporcionaba la mayoría del financiamiento humanitario para la región y muchos otros grandes donantes estaban ausentes. Desde los recortes de inicios de año, el financiamiento de Estados Unidos ha desaparecido, y donantes como Suecia y Suiza también están reduciendo fondos o incluso cerrando sus programas en Centroamérica.
“La falta de apoyo de donantes internacionales ha obligado a NRC a tomar medidas drásticas en la región. A finales de este año, NRC finalizará todo su trabajo en Guatemala y cerrará operaciones en El Salvador el próximo año. También nos hemos visto obligados a reducir y adaptar drásticamente nuestro trabajo en Honduras y México”, añadió Lentini.
NRC brinda protección, asistencia legal y educación en emergencia a personas forzadas a huir debido a la violencia generalizada en toda la región. En 2024, NRC apoyó a más de 80,000 personas en los cuatro países, pero a partir de 2026 solo podrá apoyar a una parte de ese número. Para finales de 2025, NRC se verá forzado a reducir su personal y operaciones en aproximadamente un 70%. Estamos haciendo todo lo posible para encontrar otras vías de apoyo para las personas que necesitan asistencia humanitaria.
La situación humanitaria en la región sigue siendo crítica. La continua violencia obliga a las personas a huir ya sea dentro de sus propios países o hacia el extranjero, mientras que los desastres naturales e inundaciones dejan a más personas en necesidad urgente de apoyo. Además, un número creciente de refugiados y migrantes se quedan sin opciones y permanecen en situaciones peligrosas en Honduras, Guatemala y México. Se prevé que las necesidades aumenten el próximo año, justo cuando la falta de financiamiento continúa paralizando la respuesta humanitaria y se reducen las vías seguras para acceder a protección.
En junio, Naciones Unidas lanzó el “plan de hiper-priorización”, en respuesta a los recortes de ayuda, dejando por fuera a 2,2 millones de personas previamente identificadas para recibir ayuda humanitaria en Honduras, Guatemala y El Salvador. Estas personas ahora corren el riesgo de quedar completamente desatendidas. En el 2026, ningún país de Centroamérica contará con un Plan de Respuesta Humanitaria, lo que podría profundizar aún más la desatención hacia la región.
“Los donantes, incluyendo donantes de desarrollo y del sector privado, deben reconocer y abordar las enormes necesidades que continúan afectando al Norte de Centroamérica y México. Es vital que actúen diligentemente para que las personas que enfrentan niveles extremos de violencia no sean abandonadas de un día para otro”.
