La crisis del coronavirus está obligando a cientos de refugiados y migrantes venezolanos a regresar a sus hogares porque las medidas de aislamiento les impiden ganarse la vida. El número podría aumentarse si la comunidad internacional no incrementa su financiación para apoyar la respuesta del gobierno colombiano ante la pandemia.
«Los venezolanos que buscaron refugio en Colombia están perdiendo su sustento económico como consecuencia del Covid-19. Cientos están regresando a casa desde el exilio y muchos más podrían seguir a medida que continúa el aislamiento y si no se proporciona ayuda», advirtió Dominika Arseniuk, Directora de País del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) en Colombia.
«Todos necesitamos hacer más para incluir a los migrantes y refugiados venezolanos que viven al margen en nuestra planificación en la respuesta del Covid-19, o nos arriesgaremos a que más retornen a una vida de peligro e incertidumbre».
Colombia es un refugio para los venezolanos vulnerables expulsados de su país de origen debido a la hiperinflación, la crisis económica y la violencia. Alrededor de 1,8 millones de personas han huido a través de la frontera desde 2015. Sin embargo, el aislamiento de tres semanas en todo el país ha hecho que el sector informal, donde muchos trabajan, se detenga. Esta situación está sumiendo a las familias en una mayor pobreza y está provocando un abrupto retorno de los flujos migratorios.
Los migrantes le han dicho al personal de NRC que, a pesar de los desafíos, al menos no tendrán que pagar el alquiler o los servicios públicos en su país de origen, y se reunirán con su familia.
«No tendremos ninguna manera de obtener ingresos debido al virus, de lo contrario volveríamos a nuestro país», dijo un migrante venezolano a NRC después de recibir un bono para alimentos. «Deberían extender este apoyo por un largo tiempo».
Muchos venezolanos han estado trabajando informalmente en Colombia, a menudo sin protección social ni acceso al sistema de atención de la salud del país. Vivir del día a día ha sido su forma de supervivencia, por eso la llegada de la pandemia ha aumentado la necesidad de incluir a las comunidades de migrantes y refugiados en las medidas de protección social.
Además, las medidas contra el coronavirus en Colombia han hecho que las organizaciones de ayuda humanitaria, que operan cerca de la frontera venezolana, reduzcan a menos de un tercio sus actividades a medida que aumenta el número de casos de Covid-19 notificados en la región.
Los programas de ayuda que todavía están en marcha tienen muy poco financiamiento. El plan de ayuda regional de la ONU para apoyar a los refugiados venezolanos, lanzado en noviembre de 2019, ha recibido sólo el 3 por ciento de los fondos solicitados, lo que pone en riesgo la continuidad de los programas para aliviar el sufrimiento en toda América Latina y el Caribe.
«Necesitamos comprometernos con programas de asistencia a largo plazo mientras luchamos contra la amenaza del coronavirus. No sólo necesitamos jabón, medicamentos y agua limpia, también necesitamos fondos multianuales para superar la crisis de los refugiados y migrantes en Venezuela», dijo Arseniuk.
Nota para editores:
- El NRC tiene voceros en Colombia disponibles para ser entrevistados en inglés y español.
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