7,498
personas participaron en nuestro programa educativo
7,587
personas fueron apoyadas con albergue temporal
5,537
personas recibieron orientación y asistencia legal (ICLA)
El Salvador, Guatemala y Honduras (los países que constituyen el Norte de Centroamérica o NCA), y México están sufriendo devastadoras crisis humanitarias. Estas crisis están impulsadas por la violencia generalizada, los fenómenos climáticos extremos recurrentes, la pobreza y desigualdad estructural, entre otros factores.
Por segundo año consecutivo, el número de personas que necesitan ayuda humanitaria en NCA ha aumentado y ahora se estima en la asombrosa cifra de 9,3 millones (Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios- OCHA, 2022), casi el 30 por ciento de la población total.
Según OCHA, en esta región 4,8 millones de personas necesitan servicios de protección y más de ocho millones están en riesgo de inseguridad alimentaria.
A más de dos años de los huracanes Eta e Iota, los desastres naturales y el impacto del cambio climático en esta región altamente vulnerable, continúan obligando a miles de personas a huir por la pérdida de cosechas y de sus medios de vida, además de los daños en infraestructuras básicas como viviendas, escuelas y carreteras.
A esto se suma el creciente número de personas que cruzan NCA y México en condiciones extremadamente peligrosas, con el objetivo de entrar a Estados Unidos, lo que satura a las instituciones de migración y a las que brindan protección en toda la región.
personas participaron en nuestro programa educativo
personas fueron apoyadas con albergue temporal
personas recibieron orientación y asistencia legal (ICLA)
personas participaron en nuestro programa WASH
personas recibieron apoyo para mejorar sus medios de vida y su seguridad alimentaria
NRC trabaja en esta región desde 2014, respondiendo a las necesidades humanitarias de decenas de miles de personas afectadas por la violencia y los desastres naturales. Nuestro trabajo incluye apoyo a personas afectadas por desplazamiento forzado interno, personas con necesidades de protección internacional y retornadas, así como a las comunidades de acogida.
Contribuimos a desarrollar y fortalecer políticas públicas orientadas a proteger los derechos de las personas desplazadas, y participamos en procesos que generen cambios estructurales en su protección y asistencia. Además, incidimos para que se aumente el financiamiento y mejore la coordinación de la ayuda humanitaria en la región.
Trabajamos para garantizar que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes tengan acceso a educación y a escuelas seguras, a pesar de la violencia y el desplazamiento forzado. Trabajamos en colaboración con las comunidades y las autoridades locales y nacionales en las siguientes acciones:
Para proteger a las personas que tuvieron que huir de sus hogares, así como a las personas retornadas brindamos:
Para ayudar a las personas afectadas por desplazamiento forzado, la violencia y los desastres naturales:
Ayudamos a las personas desplazadas a restaurar sus medios de subsistencia facilitándoles recursos, formación y asesoramiento sobre la gestión de pequeñas empresas.
También trabajamos con centros comunitarios para ofrecer formación sobre medios de vida a poblaciones en situación de vulnerabilidad, mediante el fortalecimiento de los planes de desarrollo, y la inversión en equipos y materiales para los programas de formación.
Nuestros equipos apoyan a comunidades de zonas rurales expuestas a las amenazas climáticas y a la inseguridad alimentaria. Ayudamos a implementar prácticas agrícolas adaptadas al cambio climático y a hacer que los sistemas de producción de alimentos sean resilientes. Asimismo brindamos ayuda económica de emergencia a hogares en situación de vulnerabilidad para cubrir sus necesidades básicas inmediatas, incluidos los alimentos.
Ayudamos a las personas afectadas por el desplazamiento forzado a proteger sus derechos, su salud mental y su seguridad física. Adoptamos un enfoque personalizado para reducir la exposición de las personas a la violencia y mejorar su resiliencia.
Ayudamos a las comunidades a reconocer los riesgos de protección y desarrollar estrategias de autoprotección. Nuestro objetivo es capacitar a las personas que se enfrentan a riesgos de protección y fortalecer las capacidades de los garantes de derechos de mejorar las respuestas de protección, de conformidad con los estándares mínimos de protección.
En colaboración con otros actores humanitarios, recopilamos y analizamos información sobre los movimientos migratorios mixtos, con el objetivo de contribuir a que las operaciones puedan responder a estos escenarios complejos.
Su apoyo salva vidas y trae esperanza. Juntos, ayudamos a las personas que huyen de la violencia y los eventos climáticos extremos en el norte de Centroamérica y México.
2014
10
Honduras: Atlántida, Choluteca, Colón, Comayagua, Copán, Cortés, El Paraíso, Francisco Morazán, Gracias a Dios, Intibucá, Islas de la Bahía, La Paz, Lempira, Ocotepeque, Olancho, Santa Bárbara, Valle y Yoro. El Salvador: La Libertad, Santa Ana, San Salvador Sonsonate, Usulután, Zacatecoluca, San Vicente, San Miguel, La Unión, Chalatenango, Ahuachapán, Cabañas, Cuscatlán, Morazán. Guatemala: Ciudad de Guatemala, Alta Verapaz, Tecún Umán. México: Tapachula.
116 millones de coronas noruegas
189
Todos nuestros servicios son gratuitos y se implementan sin intermediarios. Bajo ninguna circunstancia el Consejo Noruego para Refugiados (NRC) solicita recursos económicos o favores a cambio de la prestación de sus servicios.
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