"La selva puede tragarte"
Sobreviviendo a la selva del Darién

Miles de personas extremadamente vulnerables llegan a Panamá cada mes después de sobrevivir la parte más peligrosa de su viaje hacía Estados Unidos.
Texto: David Felipe Garcia Herrera. Fotos: Ingrid Prestetun. Diseño: Tove Skjeflo.
Publicado: 14 Abril de 2023


"Pasé un día entero sin comer nada y lactando a la bebé. Tuve suerte de no haberme desmayado"
Sin otra opción
“No quería viajar con mi hija; acababa de dar a luz por cesárea. Solía ver videos de bebés en el lodo, tragando agua cuando pasaban por el río. Para una bebé recién nacida es muy peligroso”, dijo Dianny.
Dianny y su esposo Jaider son de Venezuela. Al huir de su país se sumaron a los más de siete millones de personas venezolanas que han abandonado el país en busca de protección internacional.
Como muchos venezolanos que buscan protección en la región, ya habían viajado por Chile, Perú y Ecuador en busca de un lugar donde sentirse seguros, acceder a sus derechos y construir una vida mejor. Ahora, su plan era dirigirse a Panamá con su hija de 15 días de nacida a cuestas. Recientemente les habían informado sobre las nuevas rutas que les ayudarían a evitar una de las selvas más peligrosas del mundo.
“Empezamos a ver las supuestas nuevas rutas que iban por la orilla del mar, era solo subir una montaña y ya está, llegabas. Pensamos que habían otras rutas, que sería mucho más fácil”, dice Dianny.
La pareja creía que era posible tomar otra ruta desde Capurganá, un municipio en el caribe colombiano para ingresar a Centroamérica en barco y continuar su camino a Estados Unidos. Como miles de personas refugiadas y migrantes, ellos estaban mal informados sobre lo que les esperaba.
"Pero en la selva del Darién, solo hay rutas feas"
Un viaje tortuoso
Fue al llegar a Capurganá que sus planes cambiaron. Las posibilidades de cruzar mar abierto se cerraban y, en cualquier caso, era muy peligroso embarcarse en una lancha rudimentaria o pesquero que podrían quedar a la deriva, como les había ocurrido a otros. En los intentos de huir en barco desde Venezuela, se han perdido vidas en naufragios frente a las costas de Trinidad.
Les cobraron 500 dólares a cada uno por atravesar la selva del Darién. Con eso, la mayor parte del dinero que les quedaba se esfumó.
“Le tenía miedo a la selva, por eso pagamos. Nos dijeron que habría un caballo, que el guía nunca nos dejaría solos, que el primer día era solo montaña, que los otros tres días eran solo playa y listo, llegábamos al 'Abuelo' (un resguardo indígena en la selva) y luego a Panamá…”, dice Jaider.
"Pero nos robaron, se llevaron todo lo que teníamos".
Para llegar al campamento del Abuelo, en territorio panameño, tuvieron que iniciar una tortuosa caminata. No había guía permanente ni caballos y cruzar el Darién llevó mucho más tiempo del previsto.
Para Dianny, la medicina para su bebé recién nacida era el artículo más importante que debía llevar para el peligroso viaje.
Para Dianny, la medicina para su bebé recién nacida era el artículo más importante que debía llevar para el peligroso viaje.
Cuando el agua o el barro le llegaban hasta la cintura, Jaider levantaba a su hija sobre los hombros. En algunos ríos, improvisaba cuerdas con la ayuda de otras personas para cruzar a salvo con su familia. Caminaban lentamente al borde de precipicios y bajo aguaceros torrenciales.
Dianny recuerda el pánico que sintió cuando se vio enterrada en el barro de la selva. Se quedaron sin comida y agua potable, se perdieron, se separaron del resto de su grupo y experimentaron desesperación, así como agotamiento físico y emocional.
Duraron más de seis días con su hija en brazos.





Desesperación
Jaider, Dianny y su hija tuvieron suerte. Salieron vivos de la selva.
Pero entraron en una región altamente peligrosa, con poca o ninguna protección estatal. Se unieron a miles de personas que en este trayecto se exponen a grupos armados no estatales o bandas criminales, secuestros, extorsiones, violencia sexual, robos, desapariciones y muerte.
A pesar de todos los riesgos que implica, el número de personas refugiadas y migrantes que cruzan la selva del Darién en busca de protección aumentó en 2022. El Gobierno de Panamá afirma que 248.284 personas cruzaron la selva en 2022, un 85 por ciento más que en 2021. Venezolanos, haitianos, ecuatorianos, cubanos y colombianos fueron las nacionalidades más comunes de quienes intentaron cruzar la selva.

