Mujeres que cruzan fronteras por sus sueños
Escrito por: Karen Dávila
Fotografías: Karen Dávila / NRC
Publicado: 24 de junio de 2024
Hace siete años, Eriana dejó atrás Venezuela para buscar un mejor futuro en Ecuador. Dejó a sus tres hijas, María Cristina, Kelianny y Eriannys a cargo de su madre mientras buscaba estabilidad. Cuatro años después, logró ir por sus hijas a Venezuela para llevarlas a vivir en Ecuador; lamentablemente en todo ese tiempo, sus hijas no pudieron matricularse en la escuela.
Eriana recuerda que el viaje con sus hijas hacia Ecuador fue largo y difícil. Cuando cruzaron la frontera entre Venezuela y Colombia les robaron todo y solamente se quedaron con la ropa que tenían puesta. No tuvieron más opciones: caminar y dormir en las calles y albergues. 21 días después de iniciar su viaje llegaron a la capital de Colombia, Bogotá. En esa ciudad una persona desconocida se solidarizó con ellas y les pagó un pasaje de bus hasta la frontera entre Colombia y Ecuador.
De acuerdo con Naciones Unidas más de 7,7 millones de personas han salido de Venezuela buscando protección y una vida mejor; la mayoría – más de 6,5 millones de personas – ha sido acogida por países de América Latina y el Caribe. Ecuador es hogar de cerca de 500.000 personas venezolanas.
Empezando desde cero
“Para mí es importante que mis niñas estudien y tengan un futuro”, dice Eriana. Dos años después de haber llegado con sus hijas a Ecuador, Eriana logró matricularlas en la escuela, pero como consecuencia de la falta de estudios previos les resultó difícil llevar el mismo ritmo de aprendizaje que el resto de las estudiantes de la clase.
Por esa razón, Eriana inscribió a sus hijas en las actividades escolares que el Consejo Noruego para Refugiados (NRC) realiza con el apoyo del Bureau Population and Migration (BPRM). En estos talleres las niñas refuerzan sus conocimientos de lengua y aritmética y conocen a más estudiantes de familias refugiadas, migrantes y de la comunidad de acogida. Además, María Cristina y Keliannys recibieron kits escolares con cuadernos, lápices, colores y otros materiales para que puedan continuar sus estudios.
La escritura como terapia
Lo que más le gusta a María Cristina es leer y escribir. Dice que cuando escribe, “se relaja porque le ayuda a concentrarse”. A ella le gusta escribir canciones junto a su hermana, Kelianny. En una clase ambas crearon la siguiente canción:
“Yo quiero, yo puedo, soy grande,
soy fuerte, soy muy inteligente.
Yo quiero yo puedo, yo me lo merezco.
Esto es lo que soy, y me voy a abrazar,
tengo muchos sueños y los voy a lograr,
quiero ser feliz y lo voy a lograr.
Esto es lo que soy y me voy a abrazar,
tengo un corazón y lo tengo que cuidar”.
Aprendizaje y bienestar
En las clases de refuerzo escolar, María Cristina y Kelianny también aprenden sobre habilidades socioemocionales. “El estrés o confusión que pueden experimentar las niñas y niños refugiados y migrantes dificulta su capacidad para adaptarse debido a que hay muchos cambios en su entorno. Por eso, en nuestros espacios enseñamos herramientas para que puedan manejar sus emociones promoviendo su bienestar, mientras interactúan con más estudiantes sintiéndose parte de su comunidad de acogida y contribuyendo a su integración”, dice Michelle, trabajadora de NRC que brinda los talleres educativos en Quito, Ecuador.
Por otro lado, Kelianny disfruta más las técnicas de relajación que son parte de las clases. “El ejercicio que me hace sentir mejor es cerrar los ojos, respirar e imaginar momentos de felicidad, cuando hago ese ejercicio me imagino descalza en el parque, oyendo el viento y compartiendo con mi tío, Endry, que está en Venezuela”, dice con una sonrisa.
Una integración con derechos
Eriana y sus hijas recibieron apoyo para acceder a sus documentos y regularizarse en Ecuador. “Tener nuestros documentos es una oportunidad para cumplir más sueños”. Mientras las niñas sueñan con terminar sus estudios y ser profesionales, Eriana aspira tener un negocio de cosmética y manicure, como ella lo hacía en Venezuela. Apoyar a sus hijas para que su educación no se interrumpa es su principal prioridad.