Las familias que han huido de los enfrentamientos en Faryab en verano viven en condiciones devastadoras. NRC y otras organizaciones están interviniendo para ayudar.
Entre julio y septiembre de 2015, un número récord de familias afganas huyeron de sus hogares en la provincia noroccidental de Faryab. Más de 15.000 familias desplazadas se han visto obligadas a escapar del conflicto; se cree que la mayoría está atrapada en zonas remotas e inaccesibles, mientras que otras han huido a la capital, la ciudad de Maimana.
Muchos informaron que militantes armados confiscaron por la fuerza sus hogares y bienes. Otras familias que regresaron a sus aldeas encontraron sus casas quemadas, sus propiedades y bienes robados, y familiares desaparecidos.
El conflicto, que resultó en muertes y lesiones de hombres en su mayoría, ha dejado a las mujeres particularmente vulnerables. “Mataron a mi esposo y a mi hijo”, dice Khadijah, de 60 años, una mujer cuya casa y tierras también fueron destruidas en el conflicto. “Teníamos noventa y siete ovejas – se las llevaron todas”.
El personal de NRC, que visitó a las familias desplazadas puerta a puerta, descubrió condiciones devastadoras, incluida la falta de alimentos y oportunidades de subsistencia, condiciones de vida precarias y falta de acceso a las escuelas para los niños y niñas. Con la mayor parte de las familias acostumbradas a ganarse la vida con la agricultura, quienes viven en la ciudad de Maimana tienen dificultades para ganar suficiente dinero para sobrevivir, especialmente las mujeres, niños, niñas y personas mayores. La mayoría se vio obligada a dejar artículos domésticos atrás, dejándolos con pocos medios para sobrevivir durante el desplazamiento.
La mayoría de las familias viven en espacios hacinados, lo que provoca condiciones de vida insalubres y un aumento de las enfermedades. A pesar de que entre tres y cinco familias comparten los gastos de alquiler, la mayor parte afirma no tener suficiente para pagar el alquiler. Los niños, en particular, se han visto fuertemente afectados. Se observan signos de trauma y ansiedad y, sin actividades como la escuela, los niños pasan los días ociosos.
En un esfuerzo conjunto para brindar asistencia de emergencia a las familias desplazadas, varias agencias humanitarias, incluidas NRC, Save the Children,WFP, ACNUR y el Departamento de Refugiados y Repatriación (DoRR por sus siglas en inglés), han evaluado y verificado que 1.899 familias necesitadas de asistencia en distritos accesibles de Faryab; 565 de estas familias sólo en la ciudad de Maimana.
NRC, a través de la generosa financiación de ECHO, ha podido proporcionar asistencia en efectivo de 8000 AFN (130 USD) a 305 de estas familias, mientras que otras 42 familias, identificadas como extremadamente vulnerables, recibieron 14 000 AFN (220 USD).
“Dar dinero en efectivo aliviará sus mayores cargas, como el alojamiento y la comida”, dice Abdul Samad Kohi, asistente de terreno de emergencia de NRC en Maimana.
Habibullah, de 46 años, que perdió su granja y su ganado, dijo: “Estamos muy agradecidos por la ayuda. Es una ayuda enorme para nosotros”.
Entre las necesidades más urgentes figuran el alojamiento y, ante la próxima temporada de nieve, el apoyo a la preparación para el invierno. “Mientras tanto, la gente espera que mejore la seguridad”, dice Kohi. “Solo quieren irse a casa”.
Establecida en 2004 y con 44 empleados, la oficina local de NRC en Maimana se dedica a ayudar a las familias desplazadas más vulnerables de la provincia de Faryab a través de programas de entrenamiento en emergencia, asistencia legal (ICLA por sus siglas en inglés), alfabetización y formación profesional. Sólo el programa de emergencia de NRC ha ayudado a 3.251 personas afectadas por conflictos y desastres naturales en Faryab desde principios de 2015. Como una de las ONG más sólidas que operan en la región, NRC se compromete a continuar su apoyo humanitario a los más vulnerables en Faryab y en todo Afganistán.