Trece millones de personas en Yemen necesitan ayuda urgente. NRC distribuye comida y proporciona asistencia en efectivo a las familias necesitadas, pero el trabajo de socorro es desafiante.
“Los combates en Yemen han agravado una situación ya de por sí desesperada. El acceso a servicios y suministros básicos que salvan vidas es casi imposible para la mayoría de los civiles. Las agencias humanitarias enfrentan enormes obstáculos de acceso en sus esfuerzos por prestar asistencia a la población afectada de Yemen. En un país que aún no ha llegado a un compromiso sobre su crisis, una hambruna sólo puede empeorar la situación y desencadenar más violaciones de los derechos humanos“, afirma Wairimu Munyinyi, asesor regional de protección e incidencia de NRC.
El plan de intervención de seguridad alimentaria ha llegado a 11.977 hogares afectados por el conflicto en Hajjah, Hodeidah, Amran, Abyan, Aden y Sana’a. La distribución de alimentos se ha llevado a cabo en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos y está actualmente en curso en Sana’a. A partir de septiembre, NRC ampliará la distribución de alimentos a la gobernación de Hajjah. La cesta de alimentos consiste en harina de trigo, legumbres, aceite de cocina, azúcar, mezcla de soja y sal. Además, NRC ha podido ayudar a más de 30.000 personas con donaciones incondicionales en efectivo que la población afectada ha podido utilizar para comprar alimentos.
Sin embargo, las múltiples limitaciones, incluidas las de seguridad y logística, están dificultando la labor humanitaria.
Naciones Unidas ha advertido de que Yemen está “al borde de la hambruna”. El Programa Mundial de Alimentos calcula que 13 millones de personas necesitan ayuda urgente. Teniendo en cuenta que incluso antes de la crisis actual, Yemen ya figuraba en la lista de países con mayor inseguridad hídrica de Oriente Medio. Se decía entonces que más del 40% de su población sufría inseguridad alimentaria. Yemen no es autosuficiente en términos de producción de alimentos, y el país importa la mayor parte de sus alimentos de los países vecinos, en circunstancias normales.
Wairimu Munyinyi subraya que la posibilidad de hambruna amenaza la supervivencia de las poblaciones afectadas, pero también aumenta la inevitabilidad del conflicto por cualquier recurso que pudiera aumentar las posibilidades de supervivencia.
“La comunidad internacional debe actuar de inmediato y evitar la catástrofe humanitaria que le espera a Yemen, ante la amenaza de hambruna. La respuesta humanitaria a la alerta de hambruna en Yemen no debe estar dictada por definiciones y normas mínimas, sino por el compromiso genuino de salvar vidas, mediante la entrega inmediata e incondicional de ayuda humanitaria al país“, afirma.
“NRC puede hacer más si su personal nacional e internacional tuviera acceso ilimitado a las personas necesitadas. Además, NRC y otras organizaciones humanitarias podrían lograr mejores resultados si se permitiera la entrada en el país de envíos comerciales a través de comerciantes“, afirma Hanibal Abiy Worku, Director de país NRC en Yemen.