El Consejo Noruego para Refugiados (NRC) y la Fundación LEGO se han asociado para ofrecer a los niños y niñas del norte de Colombia oportunidades de aprendizaje lúdico, pues una combinación del conflicto, la migración, el refugio y Covid-19 han obligado a muchos niños y niñas a abandonar la escuela.
“El Covid-19 ha agravado una situación ya difícil para muchas familias desplazadas en el norte de Colombia y ha limitado el acceso de muchos niños y niñas a la educación. Esto es muy preocupante. Menores de edad en situaciones de crisis no solo necesitan oportunidades de aprendizaje, sino también formas de abordar su propio estrés, y las rutinas y la sensación de normalidad que pueden ofrecer una escuela o una guardería”, dijo Dominika Arseniuk, directora del NRC en Colombia.
Colombia no sólo alberga uno de los mayores números de desplazados internos del mundo, sino que también acoge generosamente a 1,7 millones de migrantes y refugiados venezolanos que han huido de la crisis en Venezuela. Alrededor de 125.000 menores venezolanos que viven en Colombia están fuera del sistema educativo, y muchos niños y niñas colombianos han perdido años de valiosa educación como resultado del aumento de la violencia en algunas partes del país, además del Covid-19.
Aunque el gobierno colombiano está respondiendo a la flujo de población y a las necesidades de los desplazados, los recursos están muy desbordados.
“Muchas familias colombianas y venezolanas vulnerables tienen recursos limitados tanto para ellas como para sus hijos e hijas, por lo que estamos inmensamente agradecidos por el apoyo de la Fundación LEGO, que nos permite llegar a algunos de los niños y niñas más vulnerables y proporcionarles un espacio seguro donde puedan aprender jugando”, dijo Arseniuk.
Con la financiación de la Fundación LEGO, NRC apoya a los padres, madres y a otros cuidadores con formaciones sobre cómo responder y apoyar las necesidades de desarrollo, aprendizaje y bienestar de los niños y niñas en dificultades. NRC también forma a personas de la comunidad local, para que estas zonas estén mejor prearadas para acoger y apoyar a los niños, niñas y familias desplazadas cuando se instalen en un nuevo lugar.
“Aprendí de la importacia de pasar tiempo de calidad con tus hijos, incluso si tú mismo tienes problemas. Me di cuenta de lo mucho que los adultos pueden aprender de sus hijos”, dijo una madre venezolana, que dejó el país hace un año y medio.
La madre de cinco hijos asistía a uno de los talleres en la frontera entre Colombia y Venezuela con uno de sus hijos. En el taller, crearon un avión hecho con botellas de plástico.
“¡Nos llevará a Venezuela!”, dijo su hijo.
“Cuando estábamos haciendo el avión, mi hijo realmente tomó el liderazgo, y yo estaba muy orgullosa de él”, dijo su madre a NRC.
La investigación proporcionada por la Fundación LEGO subraya cómo los cuidados de crianza, la salud mental de los padres, madres y cuidadoras, la atención receptiva y el apoyo al aprendizaje de los niños y las niñas se han visto interrumpidos durante la pandemia.
“Los niños y niñas en situaciones de crisis no sólo necesitan tener acceso a oportunidades de educación inclusiva, equitativa y de calidad, sino también formas de abordar su propio estrés y bienestar. Lo mismo ocurre con los cuidadores que viven en condiciones difíciles e inciertas. Creemos firmemente que el aprendizaje a través del juego puede ayudar a afrontar estos retos, a crear resiliencia y a devolver la rutina a los niños, niñas y a sus familias”, dijo Sarah Bouchie, Directora de Impacto de la Fundación LEGO.
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