Elkin, líder de población víctima por el conflicto armado en Tumaco, cuenta la historia que lo ha inspirado para continuar con la difícil tarea de ser un líder en medio del conflicto armado. La intención de Elkin es buscar una mejor respuesta a las necesidades de todas las personas que, en Tumaco, han sido afectadas por el desplazamiento forzado. “Cuando me desplazaron seguí con preocupación las necesidades que tenían todas las personas que se desplazaron conmigo. Observaba la preocupación por la comida, el albergue. La población se sentía impotente para conseguir agua para beber. Parecíamos increíblemente indigentes”. Ese momento de inspiración le ha servido a Elkin para saber que las necesidades de quienes se desplazan son muchas. Situación que se agudiza por las características del contexto donde llegan luego del desplazamiento: “acá, en este municipio de Nariño, más del 60% de la población es pobre, hay presencia de grupos armados y cultivos ilícitos, acá hay gente amenazada, ocurren desplazamientos entre los barrios, hay asesinatos selectivos y extorsiones. Las esperanzas de tener una vida mejor no duran mucho”. Elkin cree que ayudar no es solo una cuestión de voluntad ó actitud. Para ejercer como líder es necesario estudiar y conocer las normas y la legislación hecha para la población desplazada por la violencia. “Ahí es donde nosotros los líderes apoyamos y agradecemos todo el trabajo del Consejo Noruego para Refugiados”. Mientras líderes de población desplazada inciden y participan en la estructuración e implementación de los planes de desarrollo municipales y departamentales para que se ejecuten proyectos que atiendan a sus necesidades; varios de ellos han recibiendo amenazas. En un país donde el conflicto por la riqueza de la tierra ó el control estratégico de la misma es fundamental para los grupos armados ilegales, los líderes de población desplazada intentan hacer cumplir los derechos que han adquirido por la condición del desplazamiento. El Alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que entre los años  2007 y 2010, fueron asesinados en Colombia, 1.499 personas en situación de desplazamiento. Sólo en 2009 la cifra de asesinatos registrada fue de se 553 personas , incrementándose en 52% respecto de 2007 y en 74% respecto de la reportado en 2008. De esta cifra general acumulada a 2010, y de acuerdo al seguimiento de casos de homicidios de población desplazada realizado por el ACNUR, el 15 % de estos asesinatos se relaciona con procesos de reclamación de tierra. Mientras en Nariño, los desplazamientos masivos han afectado a más de 1.567 familias (durente el primer semestre dde 2013), la esperanza de vida de muchos de los desplazados que llegan a los barrios periféricos de Tumaco sigue viendose afectada por la violencia urbana. En este contexto NRC, a través de su programa de Incidencia y Política Pública, busca aumentar el conocimiento y la participación de la población desplazada para que incidan en el diseño, implementación y seguimiento a la política pública, para posibilitar a estas poblaciones una mayor protección y atención por parte de las autoridades locales y nacionales. “Si se nos capacita como líderes y se nos financian actividades como lo viene haciendo NRC, es probable que nosotros utilicemos esos conocimientos para acceder a nuestros derechos y cuidar nuestras familias en vez de parecernos a la población indigente”, dice Elkin.

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