Las dificultades de acceso a la educación de cientos de niños y niñas como consecuencias del conflicto armado en Colombia son visibles. Como resultado del conflicto armado las instituciones educativas dejan de funcionar, varias de ellas son utilizadas como albergues en casos de desplazamientos masivos o se transforman en espacios para el reclutamiento forzado de menores. En muchos lugares caminar alrededor de los espacios educativos resulta peligroso por la siembra de minas antipersonales o por la presencia armamento sin explotar. Las estructuras que están al servicio de los niños y niñas para garantizar el acceso a la educación se pueden ver afectadas la situación de conflicto en su infraestructura básica: los salones, las baterías sanitarias, los espacios recreativos. Con el objeto de responder a esta situación y brindar una atención oportuna y pertinente NRC instaló dos baterías sanitarias que benefician a 180 personas de la comunidad educativa en Maguí Payán (Nariño). A pesar de ser una respuesta muy puntual, el beneficio para la comunidad tiene un impacto significativo para la salud, la dignidad y protección de los niños y las niñas que asisten a la escuela. Debido a los vacíos en la respuesta rápida de las instituciones en Colombia cuando ocurren situaciones de emergencia, el Consejo Noruego para Refugiados a través de su programa de respuesta en emergencias implementa acciones de respuesta rápida y acciones de fortalecimiento de la capacidad institucional para atender las necesidades educativas en la emergencia. Uno de los objetivos de NRC es brindar espacios seguros de aprendizaje. La organización elabora y pone en funcionamiento aulas temporales y cabinas sanitarias como una de las actividades para responder a la emergencia y posibilitar un ambiente protector a niñas, niños y jóvenes desplazados. Esta labor se realiza gracias a la financiación de Comisión Europea de Ayuda Humanitaria y Protección Civil – ECHO.