La “seño Marina”, como le dicen las niñas en su comunidad, llegó bailando y cantando a la entrevista. Se ve feliz. Ella sabe que vamos a hablar del primer Modelo de Educación para Afrocolombianos en el país.
“Yo acabo de empezar. Apenas he aprendido la A, la E y la U, pero estoy contenta de saber que con esto voy a salir adelante”, dice Marina, luego de haber esperado una oportunidad de educación por décadas.
– Seño, ¿qué es lo que más le gusta del programa?
– Ay niña, lo más sabroso es que me encuentro con mis amigas, los bailes y los profesores. Sonríe.
Marina, con la mirada puesta sobre sus nietos, concluye: “yo entré a estudiar porque sueño con aprender a escribir mi nombre. Mis viejos nunca me metieron a la escuela. Y ahora de vieja quiero valerme por mí misma, para firmar”.