En homenaje a Richar Ortíz, hoy los miembros del Consejo Noruego para Refugiados y sus colegas de la oficina regional en Norte de Santander recuerdan con repeto y orgullo a Richar quien se desempeñaba como Oficial Regional del Programa de Educación y quien lidero con gran impacto el proyecto de Formación para el Trabajo dirigido a Jóvenes desplazados del municipio de Ocaña-Norte de Santander. Richar fue el amigo de muchas personas por su facilidad de escuchar, aconsejar, y siempre regalar un abrazo… abrazo que para muchos significo compartir alegrías, tristezas, dar ánimo, y brindar apoyo, abrazo que para los estudiantes del proyecto de Formación para el Trabajo, representó un aliento de vida, una orientación, una esperanza; hasta un sueño hecho realidad, por eso las jóvenes que eran el 80% de la población; le solían decir “Papá”. Richar, definitivamente representaba el significado de la palabra “humanitario”, por sus capacidad de dar a los demás bajo ninguna condición, por manifestar sinceridad y humildad en todo lo que hacía sin importar el color, el tiempo o el lugar; su objetivo final era ayudar a los demás a superar su estado actual de vulnerabilidad, y estos esfuerzos sin duda se manifestaron en más de 150 jóvenes del municipio de Ocaña, que a través de la formación para el trabajo trasformaron sus vidas. Richar, ha dejado un vacío muy grande en su familia, su trabajo y en los lazos de amistad; desde el Consejo Noruego para Refugiados y su compañeros de trabajo continuaremos honrando su labor, alegría, profesionalismo y humanidad; recordándolo como un maravilloso ser humano inigualable.