Este documento es realizado a partir de las observaciones realizadas por el Consejo Noruego para Refugiados – NRC en las diferentes jornadas de asistencia a migrantes en tránsito en Bogotá y las vías de acceso de Cundinamarca en el marco de la pandemia de COVID-19.
Introducción
Las necesidades humanitarias de las personas migrantes y refugiadas en Colombia se han agudizado con la pandemia de COVID-19 y las medidas de aislamiento para prevenir su contagio. Las críticas condiciones de vida han generado que muchas familias provenientes de Venezuela decidan retornar o continuar su desplazamiento a pie por las vías del país.
Según Migración Colombia, a 31 de agosto de 2020, más de 1.7 millones de personas venezolanas se encontraban en territorio colombiano, el 57 por ciento tenían estatus migratorio irregular , además el 20 por ciento de la concentración de la población que se desplazó desde Venezuela está en Bogotá, la capital de Colombia.
Desde febrero de 2020, Migración Colombia ha registrado una disminución paulatina del número de migrantes venezolanos en Colombia, como resultado de un retorno de personas a su país de origen o han transitado hacia otros países de la región. Desde esta fecha, se estima que el número de personas retornadas es de más de 60.000 personas, un decrecimiento del 5.8% con respecto a marzo de este año. Sin embargo, la cifra podría ser mayor, dado que el sub-registro de retornos es alto y gran parte de los migrantes en Colombia no han sido registrados por Migración Colombia o han cruzado la frontera por pasos informales. El aislamiento preventivo debido a la pandemia de COVID-19 ha agravado la situación humanitaria para migrantes con estatus migratorio regular e irregular. En la encuesta realizada en mayo de 2020 por el Grupo Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM) se evidenció que los hogares con ingresos obtenidos de un trabajo formal disminuyeron del 91 por ciento, antes de la pandemia, al 20 por ciento durante el aislamiento preventivo; por su parte, los hogares que no tenían ningún tipo de ingresos aumentó del 4 por ciento antes del aislamiento, al 48 por ciento.
Derivadas de esta situación, se han generado fuertes necesidades humanitarias multisectoriales. Algunos hallazgos de la encuesta estuvieron en los sectores de Seguridad Alimentaria y Nutrición (SAN) y Alojamiento: 1) antes del aislamiento, 5 de cada 10 hogares consumían 3 comidas al día,
durante el aislamiento preventivo solo 1 de cada 10 hogares. Aquellos hogares que comían una única comida o menos al día pasaron de ser el 3 por ciento al 25 por ciento durante el aislamiento; y 2) 1 de cada 10 hogares informaron estar en riesgo de desalojo por no contar con los recursos para pagar su alojamiento.
Las grandes dificultades para encontrar una fuente de ingreso en Colombia, sumado a la incertidumbre generada por la pandemia han provocado que muchas personas decidan retornar o desplazarse nuevamente.