Escrito por: Milena Ayala
Una madre camina por las calles y playas de Necoclí vendiendo caramelos para obtener algo de dinero y sobrevivir con sus hijos. Sin embargo, este no es su lugar de origen, para llegar hasta allí, ella enfrentó varias dificultades.
El inicio de una difícil decisión
Tania es originaria de Perú, donde luchó por brindarle un futuro digno a sus mellizos. A pesar de sus esfuerzos, las amenazas, las extorsiones y las dificultades económicas la llevaron a tomar una difícil decisión: dejar su hogar para buscar protección y oportunidades en otro otra parte del Perú.
Dejó atrás a su familia, vendió sus pertenencias y con el dinero que recibió, decidió emprender un nuevo viaje junto a sus mellizos y su pareja.
Decidieron apostar por la capital de Perú, con la intención de trabajar para conseguir más dinero. Sin embargo, las amenazas volvieron a aparecer. “Las amenazas no estaban solo en el lugar donde vivía, ellos (quienes la amenazaron) no están en un solo lugar”, dijo.
Debido a la situación económica y a la falta de oportunidades, hay personas que toman la decisión de pedir préstamos; sin embargo, en Perú se han reportado múltiples casos de extorsión a través de la modalidad de préstamos ‘gota a gota’, que se caracterizan por emplear la violencia para cobrar altos intereses a sus víctimas. Cuando quien solicita el préstamo se retrasa las personas prestamistas duplican las tasas de interés y mensajes de texto o confrontaciones directas, los prestamistas ‘gota a gota’ amenazan a las personas con graves consecuencias si no cumplen con las nuevas demandas financieras.
Tania tenía miedo y decidió desplazarse de inmediato y salir del país. La familia viajó más de 3.200 km desde Lima y llegó hasta Necoclí, población ubicada al noroccidente de Colombia, con la intención de llegar al norte del continente a través del tapón del Darién.
En la actualidad no hay ninguna vía terrestre que conecte Sur américa con Centro América, sin embargo, el paso por la selva del Darién es uno de los recorridos más transitados y peligrosos del mundo. En el último año y medio, más de 700.000 personas refugiadas y migrantes han cruzado el Darién, un tramo de selva espesa y montañosa, de difícil acceso y sin caminos que conecta a Sudamérica con Centroamérica.
Pero cuando Tania llegó con sus hijos y su pareja no pudieron seguir con su tránsito. Los costos excesivos, la desinformación y la falta de dinero, los obligaron a quedarse y dormir en la intemperie.
Muchas de las personas que llegan a Necoclí enfrentan desafíos comunes como la falta de alimentos, agua potable, higiene, lugares seguros para pasar la noche o atención médica. Las necesidades de quienes viven a la intemperie son críticas. Lee ‘La selva del Darién, una pesadilla, no un sueño’
“Nos despertamos a las 6 a.m. todos los días, guardamos nuestras cosas en una bolsa. Los niños y yo nos lavamos los dientes ahí en la calle con un balde de agua y luego vamos a hacer fila en los baños (públicos) para bañarnos.” dice Tania explicando su día a día viviendo a la intemperie.
Cuando hablamos con Tania en Necoclí, ella estaba sola con sus hijos, en ese lugar ella se separó de su pareja debido a los maltratos psicológicos y verbales que sufría.
Así que trabaja vendiendo caramelos para conseguir algo de dinero para poder pagar una lancha que los lleve hacia la puerta de entrada a la Selva del Darién.
“Yo quiero un mejor futuro para mis hijos”, dijo Tania con la esperanza de que todo mejorará para ella y para sus hijos.
A pesar de las dificultades, Tania se esfuerza por brindarles a sus hijos una rutina estable, con momentos de juego y aprendizaje. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro y la ansiedad por cruzar el Darién pesan sobre sus hombros.
Nuestra asistencia
Brindamos asistencia a Tania y le asistimos para prevenir riesgos asociados a violencia basada en género, les brindamos alojamiento, alimentación y medicamentos debido a que enfermaron por las condiciones extremas de vivir a la intemperie. Nuestra intención como organización humanitaria es informar a la población, que ha tomado la decisión de llegar hasta Necoclí, sobre los riesgos que hay en la ruta, brindamos información veraz sobre la situación durante el tránsito y de las dificultades que habrá para ella y sus hijos en todo el trayecto. Algunas personas, teniendo información sobre la ruta o el país de destino deciden retornar a su país de origen.
Gracias a ASDI seguimos brindando asistencia humanitaria a la población migrante y refugiada que llega a Necoclí.