Evens, huyendo de Haití para salvar su vida
Evens es un hombre de 30 años muy seguro de sí mismo. Cuando cruza la puerta del espacio donde haremos la entrevista, se nota su autoconfianza, a pesar de que ahora mismo vive en un albergue a miles de kilómetros de su país, lejos de sus seres queridos y en una cultura e idiomas muy distintos.
Empieza contando que salió de Haití hace unos años para que no lo mataran debido a su orientación sexual. “La gente de mi país no acepta a los gais, me quieren matar por eso. Si, matar”. Evens cuenta esto en español, idioma que ha aprendido durante su estadía en este albergue al sur de México.
Él recuerda muy bien el día en el que supo que debía huir de Haití. Cree que no le habían hecho daño antes porque la comunidad respeta mucho a su abuela. Pero una noche, cuando se dirigía a una fiesta de cumpleaños fuera de su barrio, un hombre del lugar le dijo que ahí “no se aceptan gais”, que no podía pasar, y después lo golpeó.
Evens explica que en su país hay mucha inseguridad, pero que él decidió irse por esa amenaza directa y temor a ser agredido una segunda vez con más violencia. Salió huyendo. “Mi novio no se pudo venir conmigo porque no nos alcanzó el dinero para los dos”, se lamenta.
Después de salir de Haití en 2021 por el miedo y las amenazas, llegó a Brasil donde se instaló por dos años, trabajó y aprendió un poco de portugués. Por eso, el español de Evens se mezcla con su portugués-francés.
De Brasil se tuvo que ir porque sufrió discriminación y no se sintió seguro. Pensó, por eso, que lo mejor era viajar hacia al norte, buscar estabilidad y ahorrar para sacar a su pareja de Haití y llevarlo a México con él. Ahora está en este albergue desde hace varios meses esperando que su solicitud de refugio sea aceptada.
Para llegar a este punto, Evens cruzó 10 países “en bus, caminando, en bus, caminando. Muy peligroso en todos los países, los más difíciles (fueron) Bolivia, Perú, Guatemala y aquí”, narra. Y agrega algo en lo que coinciden testimonios de más refugiados y migrantes: “puedes pasar por todos los países, pero llegas a Guatemala y puedes ser secuestrado y te quitan todo tu dinero, vi cómo tocaban a las mujeres y a los chicos también”.
Como Evens, muchos haitianos buscan refugio en México. Solo en 2023, este país recibió más de 43 mil solicitudes de refugio de personas originarias de Haití.
Haití está en una profunda crisis humanitaria. De acuerdo con OCHA, para 2024, 5,5 millones de personas se encontrarían en situación de gran vulnerabilidad en ese país.
Miles de haitianos y haitianas se ven obligadas a dejar sus hogares y su país, debido a los altos niveles de violencia provocada por grupos criminales que violan, extorsionan y asesinan. Las poblaciones se enfrentan a graves limitaciones para el ejercicio y goce de sus derechos más básicos. A esto se suma el poco acceso a servicios básicos, los efectos de la sequía prolongada y de los choques asociados a los desastres de origen natural.
“Yo necesito paz. Un buen trabajo, que yo cuando trabaje me puedo traer a mi novio. Si yo puedo ir a la escuela, voy a la escuela a aprender una cosa y trabajo también”, dice Evens. Y añade: “si una persona puede salir de ahí, debe salir. Es mi país, yo amo Haití, pero Haití ahora es un país caníbal”.
El sueño de Evens es estudiar y trabajar para ser importante, dice, “para que en mi país puedan entender que una persona gay puede ser buena persona”.
“Yo necesito paz. Un buen trabajo, que yo cuando trabaje me puedo traer a mi novio. Si yo puedo ir a la escuela, voy a la escuela a aprender una cosa y trabajo también”.
El nombre y otros datos de esta historia han sido cambiados para la seguridad de su protagonista.