Más de 380 estudiantes fueron obligados a suspender indefinidamente las clases como consecuencia del conflicto armado en la Institución Educativa Técnica Agrícola, sede María Inmaculada en el municipio de Suárez. La educación para todos los niños y las niñas en Cauca y en el país solo se hará realidad si todos los actores armados respetan los salones de clase.
“Lo más importante en la reconstrucción de la paz es sacar a los niños y los espacios educativos del conflicto. Más que un llamado es una súplica para que al menos nuestros niños puedan tener tranquilidad en sus espacios de aprendizaje”, nos dijo una autoridad educativa en el Cauca.
El conflicto en Colombia sigue siendo un obstáculo para la educación.
Según datos del Consejo Noruego para Refugiados, cerca de 5.600 niños, niñas y trabajadores de centros o instituciones educativas en el país han tenido que suspender temporal o indefinidamente las clases como consecuencias de ataques contra la educación en el primer semestre del año 2023.
Norte Santander, Chocó, Arauca, Nariño, Bolívar y Cauca son los seis departamentos más afectados por ataques a la educación en el 2023.
La educación tiene que proporcionar esperanza para el futuro, especialmente en un país donde el conflicto continúa. “La educación es clave para lograr la paz en el país. Especialmente en las áreas rurales, más y mejor educación, proporciona mayor seguridad a la comunidad y una menor probabilidad de conflicto”, dijo Giovanni Rizzo, director del Consejo Noruego para Refugiados (NRC).
Cilindros bomba, combates armados, reclutamientos forzados, asesinatos y minas antipersonal son descritos por estudiantes y profesores como las principales razones para la suspensión de las clases.
Adicionalmente, hoy cerca de 25 de cada 100 personas afectadas en eventos de desplazamientos masivos y confinamientos son niños y niñas. Ellas y ellos también han sido obligados a abandonar su educación.
Transformar el clima de inseguridad es posible. “El Gobierno colombiano debe implementar la Declaración de Escuelas Seguras. Las autoridades educativas deben seguir escuchando lo que necesitan los estudiantes y garantizar que los niños y niñas estén seguros en la escuela”, afirmó Rizzo.
Nota para los editores