México se enfrenta a una compleja crisis de violencia, en gran parte perpetrada por el crimen organizado y los cárteles de la droga, que intentan hacerse con el control de regiones y rutas para el tráfico de drogas y personas. Esto tiene un impacto devastador en las comunidades de todo el país, obligando a muchas familias a huir en busca de seguridad.

Muchas de estas familias intentan llegar en Estados Unidos, junto con millones de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo de otras partes del mundo. Sólo entre enero y mayo de 2024, el Instituto Nacional de Migración de México informó del paso por el país de casi 1,4 millones de personas procedentes de 177 países, la mayoría de las cuales se dirigían a Estados Unidos.

Otras deciden quedarse y solicitar asilo en México, lo que lo convierte en uno de los cinco destinos principales para los solicitantes de asilo en el mundo, según ACNUR. Como resultado, el país está sobrecargado para dar el apoyo adecuado a las personas que necesitan protección.